POR: SANDRA FERNÁNDEZ MARTÍNEZ – Escritora. Reside en Santiago Rodríguez.
Hola, mis queridos amigos, un sábado más que Dios nos permite disfrutar con ustedes de un maravilloso día, después de celebrar este viernes el 16 de agosto; fecha importante en nuestro país, porque en el año 1863, un grupo de 14 hombres bajo el liderazgo del general Santiago Rodríguez, hizo una audaz incursión en el Cerro de Capotillo (Dajabón) y realizaron la acción conocida como el Grito de Capotillo, donde izaron el pabellón dominicano, fue el comienzo de la guerra restauradora. Esta fecha fue escogida para la juramentación de nuestro presidente, cada 4 años. Pero acorde con el significativo día de ayer, les tenemos hoy, un gran segmento en Ecos de Personajes Poéticos, una invitada espectacular, es venezolana, pero hace unos años reside en nuestro país, ella es Licenciada en Letras, lexicógrafa, editora, escritora, poeta, profesora universitaria e investigadora.
Directora y fundadora de DiEditores, sello editorial independiente en República Dominicana.
Docente de lingüística y literatura con más de 20 años de trayectoria en prestigiosas universidades e institutos de Venezuela y República Dominicana.
Como editora, se desenvuelve entre las ciencias y la literatura.
Ha participado como lexicógrafa en proyectos internacionales como el Diccionario de Americanismos de la ASALE.
Es miembro de la Asociación Latinoamericana de Estudios del Discurso (ALED) por las delegaciones de Venezuela y República Dominicana.
Colabora en proyectos culturales-literarios y gráficos en República Dominicana y Estados Unidos como CuentaRD, Mis Letras Visuales, LiteVisual y Dominican Writers.
Segundo premio de poesía de Zenda (2021).
Autora del poemario Mareas, 2019, (2da edición, 2023), coautora de El docente novel en Educación Superior, 2024, con Maribel Núñez Méndez. Poeta partícipe en la Antología: Poemas a la Deriva, recientemente publicada en Buenos Aires, Argentina [2024].
Investiga sobre el discurso sociocultural de la canción inédita vallenata, Colombia, y próximamente publicará su libro Versos en Acordeón.
Tiene artículos académicos publicados en revistas arbitradas y algunas contribuciones literarias en medios culturales.
Ha sido ponente y conferencista en Brasil, Colombia, Francia, Estados Unidos, Venezuela y República Dominicana.
Como poeta y especialista en edición y literatura, ha sido invitada a distintas actividades, eventos y Ferias internacionales del libro y de poesía.
Como ven mis amigos, no podía traerles una mejor invitada este día tan especial, vamos a conocerla un poco más a través de sus respuestas a nuestras preguntas:
EPP- ¿Cuál es tu nombre y dónde naciste?
MCP- María Carla Picón Chaparro. Nací en Caracas, Venezuela.
EPP- ¿Cuál es tu oficio, a qué te dedicas?
Soy licenciada en Letras de la Universidad Central de Venezuela. Lexicógrafa, egresada de la Real Academia Española y de la Universidad de León. Además, editora diplomada por el Instituto Caro y Cuervo.
En cuanto a qué me dedico, podría establecer tres grandes sectores de desempeño. Primero, soy fundadora y directora editorial de DiEditores, un sello dominicano dedicado a la publicación de libros de diversa naturaleza y a revistas académicas y científicas, por lo que gran parte de mi tiempo lo invierto en leer a otros y a acompañarlos en todo el proceso de producción editorial, puesta en circulación y comercialización de sus obras. Luego, docente universitaria; tengo más de veinte años ejerciendo como profesora en la Educación Superior, tanto en Venezuela, mi país natal, como en República Dominicana, donde resido desde hace ocho años. Por último, y esto se asocia más a mi razón de ser y a mi formación: escribo, aunque no con la frecuencia o tiempo que quisiera. Escribo poesía e investigación, principalmente, en ocasiones escribo ensayo y narrativa, sobre todo cuentos.
EPP- Desde tu punto de vista ¿Qué es el surrealismo en la literatura y quienes lo componen en el parnaso de tu país?
El fundamento del surrealismo era, esencialmente, la alteración de la forma racional, real y consciente. Por oposición, promovía lo irracional, lo irreal y lo subconsciente, y yo añadiría, inconsciente: el reino de la imagen, como en la poesía. Partiendo de esto, rompe la normatividad y el canon de los siglos anteriores, esto, sin renunciar al goce estético. Es decir, traspasa los límites de lo real para superar la propia realidad por lo artísticamente posible.
El manifiesto surrealista de André Bretón procura asentarse sobre la base de la imagen y el mundo onírico, y la influencia del psicoanálisis freudiano sería significativa en ello. La búsqueda de la originalidad —de las resignificaciones y de imágenes que salieran del aburrimiento, de lo tradicional— fue un elemento fundamental en el surrealismo literario. Parecía que todo estaba dicho, que era siempre más de lo mismo. En general, las vanguardias interpelaban la razón, la lógica, en especial el dadaísmo, cuyo peso fue importante para el surrealismo; estos movimientos se erigieron sobre los restos del canon. Se construyeron más allá de los límites, por lo que experimentaban con la forma, la tipografía, la desestructuración de lo canónico, de las voces. Entendiendo este contexto, sin duda, hay un antes y un después de las vanguardias literarias. Y esto es coherente con todo el siglo XX; modernidad y posmodernidad serán evidencia de ello.
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Plantear mi punto de vista sobre qué es el surrealismo en la literatura, entonces estaría mediado por sus orígenes y evolución, esto es indiscutible. Yo diría que el psicoanálisis posterior a Freud, por ejemplo, de Jung y de Lacan, abrió nuevos caminos para el desarrollo e interpretación del propio surrealismo. Si su fundamento es lo irracional, irreal y subconsciente, entonces aquellas obras que aborden y exploren, o expongan la imagen, lo onírico, lo inconsciente, y que promuevan resignificaciones y ‘deconstruyan’ temática o estructuralmente la base intelectual de la normativa y tradición literaria, vendrán a ser surrealistas o tendrían como vehículo los principios surrealistas.
En cuanto a Venezuela, hay quienes dicen que José Antonio Ramos Sucre fue el precursor, una suerte de presurrealista, asunto no consensuado. Sin embargo, será de la mano de poetas como Vicente Gerbasi, Juan Sánchez Peláez, Rafael Cadenas, Juan Calzadilla y Alfredo Silva Estrada, por citar, que se transforme la poesía venezolana y se evidencie en estos algunos rasgos surrealistas. En sus textos se produce la tensión entre lo textual y lo extratextual, no obstante, más que una adopción se produjo, cabe aclarar, una adecuación del movimiento. Esa fue la generación del 58, aclaro, desde el punto de vista literario.
EPP-¿Cuál es la esencia del trabajo de un artista o literato?
Una respuesta como esta amerita una mirada holística, pues la esencia del trabajo de un artista o literato es tan diversa como lo somos los seres humanos, no obstante, es posible encontrar cierto consenso universal que nos permita establecer algunas aproximaciones.
En primera instancia, el arte es especular, es decir, buscar ser un reflejo, representación o resignificación de una realidad intrínseca o extrínseca del propio ser humano y su entorno, sea este social, cultural, ecológico, en fin. Por otra parte, el arte es una manifestación, y quiero detenerme en este término, porque a él le es inherente la expresión; declara y materializa una emoción, percepción, visión o idea propia del ser humano, que es un ente creativo, inteligente y sintiente.
Ahora bien, el arte, desde una mirada aristotélica, implica la creación de una nueva realidad, es decir, inexistente, y se le añade el adjetivo “sublime”, le es intrínseca la cualidad de elevación. Al respecto, aparece la discusión de qué es arte y qué no, más en estos tiempos en donde se ha cuestionado severamente el concepto canónico que ha prevalecido en la historia del arte: la belleza. Decía Francis Bacon —padre del empirismo filosófico y científico— que “la belleza está en el ojo del que mira”, lo cual significaría que es relativa a la percepción e interpretación individual. Ante este aspecto me detengo en dos enfoques: uno, de ser así, la belleza es subjetiva y de múltiples significaciones, además; por lo que es entonces una cualidad del arte que pueda ser interpretada y comprendida, también sentida, desde distintas miradas, esto es, la experiencia del goce estético. El otro, se asienta en el canon que, por acuerdos y ciertas convenciones de expertos, ha tipificado el arte con ciertas características y determinados valores —mayoritarios, precisos y comunes—en sus muestras. Quiere decir que para declarar algo como arte debe cumplir con ciertos estándares normados por “los que saben”.
Partiendo de esta exposición brevísima, para mí, el arte tiene como esencia expresar —comunicar— y crear de forma estética y original cualquier emoción, visión, situación, pensamiento que el artista desee materializar en el mundo, no como una búsqueda de aprobación, sino para mover y conmover, para asombrar o impactar a la sociedad, como una necesidad irrenunciable e irrevocable de transformar, y esto, sin duda, estaría estrechamente vinculado con el propósito, el concepto, el fundamento, la naturaleza del tipo de arte y la visión y percepción del artista.
EPP- ¿Cuál de tus trabajos poéticos consideras el mejor y por qué?
Creo que no estaría en capacidad de ponderarlos, cada uno ha tenido su momento, y la voz, que se revela y cambia con el tiempo y sus circunstancias, se manifiesta e impone. Hay textos que me siguen pareciendo maravillosos, potentes, poderosos, intensos; cada vez que los leo me encuentro a mí misma: transformada. Otros, los percibos quizá más ajenos, como si otra piel los hubiese escrito. También es cierto que, en ocasiones, son nuestros lectores los que podrían ser un termómetro, pero ese es el universo de la recepción. El poema ya no es mío cuando se lo entrego al mundo y él debe sostenerse por sí mismo. Yo no escribo para complacer.
Ahora, si hablamos de preferencias, es otra cosa, Mareas tiene muchos poemas que me gustan, que siguen moviendo en mí las mismas emociones e imágenes que los concibieron. En la Antología que se publicó recientemente en Argentina, Poemas a la deriva, hay dos de mis poemas que son un reclamo: uno a la historia americana y las tiranías que nos han sojuzgado y nos siguen subyugando, y otro, al silencio femenino que ha sido amparo del machismo; las mujeres que nos precedieron en gran medida nos heredaron sus mismos sufrimientos, mordazas y cadenas. En mi cuenta de Instagram, @de.zaguan.a.desvan, por ejemplo, hay muchísimos que me gustan, de hecho, ahora mismo realizo una compilación de los mejores para publicar un próximo poemario.
EPP- ¿Consideras que el erotismo es un arte?
No solo es un arte, es un modo de percibir y expresar el mundo. La línea entre lo erótico y lo sexual o lo pornográfico puede ser muy difusa.
Cuando la expresión, en cualquiera de sus formas, es explícita, lugar común, obvia y no convoca los sentidos —que son propios de la sensualidad— ni la imaginación —que es particular del arte—, no promueve la creatividad y la experiencia sensorial, no puede catalogarse como erótico. No olvidemos que, en este, en su etimología, se encuentra el “amor sexual”, y la palabra “amor”, tan plural, debatida, estudiada y objeto histórico del ser humano, implica un sentimiento intenso, un deseo de unión, de entrega y recepción. Decía Ortega y Gasset en Estudios sobre el amor, que “el amor es un eterno insatisfecho” y añade, bajo el enfoque de san Agustín, “amor es gravitación hacia lo amado”.
De modo que el erotismo —para mí— está atado a la sensibilidad y a la belleza, a la resignificación, al juego que incita y promueve el deseo propio y del otro. Para cautivar se requiere seducción. El erotismo está impregnado de creatividad, sensualidad y amor.
Partiendo entonces de esta mirada, sí. El erotismo es un arte, requiere de una habilidad, de una capacidad lingüística e interpretativa, de un ritmo, una respiración, pero también de una disposición y de un ánimo en el que el sexo es el menor de los fines, en realidad es la exaltación del ánimo y la provocación del goce amoroso entre el alma, la mente y el cuerpo compartido; si a esto le añadimos el placer estético como componente esencial, la excitación del espíritu será mucho mayor.
EPP- ¿De dónde surgió tu vocación para escribir?
La lengua ha sido inherente a mí. Fue tan natural hablar, leer, escribir, que en realidad creo que el verdadero reto estuvo en formarme intelectualmente y forjar mi voz, dejarla salir, permitirle expresarse y aprender. El peso del canon para quienes estudiamos Letras es muy grande, no solo porque intentamos torpemente imitar a aquellos autores consolidados y respetados, sino porque el costo de no hacerlo “bien” puede ser muy alto. Esto nos intimida y limita con un “¿quién soy yo para?”. Ese cuestionamiento lapida cualquier intento de escribir. Se nos educa como “pensadores”, no como escritores y creadores.
De modo que la expresión me fue natural, pero escribir literariamente no. Fue un proceso, primero formativo, académico, por lo que solía escribir solo ensayos e investigación. Luego, fui descubriendo otras formas, por igual felices, de expresarme, en especial sobre aquellas cosas que no quiero teorizar, sino sentir y decir. Mi escritura es tardía, precavida. También soy severa con ella y conmigo. Cuando se asienta y toma vida propia se convierte es fósforo, en incendio.
EPP- ¿Puedes decirnos para ti, ¿Qué es lo más difícil de ser escritor?
Sin duda, lo primero, es dejar salir la voz. Permitir el acto creativo. Deslastrarnos de las dudas y críticas severas; por lo general somos nuestra principal mordaza y verdugo. Luego, aceptar que no todo —probablemente la mayoría— lo que escribimos es bueno. Gran parte resulta en garabatos, frases sueltas o, metafóricamente, en papeles arrugados en el cesto de la basura. Cuando llegas a este punto, entonces empieza el verdadero trabajo: la edición, y eso también demanda valor y humildad, aceptar que necesitamos de la mirada de un experto para que nos ayude a ver aquellas cosas que no funcionan y que para nosotros no son obvias… Pero el ego es enorme en el medio artístico y eso a la larga conduce a errores terribles que van en detrimento de la propia obra. Hay otro punto importante, la documentación. Cuando se trata de investigar puede ser un reto enorme y puede devorar cualquier impulso creativo. Hay que saber poner punto y fin.
EPP- ¿A cuál escritor famoso admiras?
Esa pregunta es muy compleja, tengo demasiados, desde narradores hasta intelectuales y críticos. No sé, Cortázar, Vargas Llosa, Pizarnik, Marai, Sor Juana, Blanchot. Hay muchos autores a quienes admiro, a veces es un libro, otras, toda su obra. Imposible decantarme por uno, no sería justo, ni con ellos ni conmigo.
EPP- ¿Cuál es la temática que más utilizas en tus poemas?
Varía, y depende mucho de la circunstancia, sin embargo, creo que el encuentro con el otro es un tema recurrente, la exploración de las sensaciones, del cuerpo, del deseo. Adentrarme en la experiencia espiritual de los sentidos, jugar con la memoria sensorial, que las palabras y las imágenes se conviertan en deleite. Los temas que estremecen…
EPP- ¿Cómo influye el arte en tu vida?
Indiscutiblemente me mueve, porque en cualquiera de sus manifestaciones me invita a reflexionar y a experimentar el mundo desde un nuevo lugar. Entonces genera conmoción. Redimensiona mis propias representaciones, esto, claro está, como espectador. Luego, como artista, es una forma de verme y percibir el mundo, reinterpretarlo y darle mi propio valor. El arte salva, mueve y conmueve. Nos reta y le da un sentido superior a nuestra existencia.
EPP- ¿Cómo se puede saber si un poema es malo o es bueno, desde tu punto de vista?
Esas valoraciones son complicadas, pero debe poseer, sin duda, ciertas cualidades. No todo es arte ni todo es poesía o literatura. Por ejemplo, el poema debe ser estético, y cuando digo estético no me refiero a la convención, sino a una belleza intrínseca; incluso en medio del horror o el caos, en su propio universo, debe tener una armonía. Ha de evidenciar un ritmo interno, una construcción original, y también debe ser capaz de sorprender o mover al lector. Y eso implica algo más allá de los gustos individuales.
La poesía tiene unos fines asociados al alma, y que nada tienen que ver con religiosidad. Su lenguaje, construido desde la imagen, desde la resignificación, re-representación, da lugar y espacio al lector, lo implica, y desde esa complicidad el propio poema se redimensiona a sí mismo, tanto como el lector. Es un lenguaje eterno. Este, por demás, debe ser inteligible. Desde el punto de vista isotópico debe estar cohesionado y establecer algún tipo de relación con aquello que representa.
Adjetivar como bueno o malo un poema, para mí, es más una discusión de si es o no un poema. Luego, podemos discutir sobre sus atributos poéticos y las preferencias que, indiscutiblemente, son parte de la relación entre el texto y el lector.
EPP- ¿Qué puedes decirnos de ti, de tus obras, has publicado algún libro?
Sí, en principio sobre el joropo, música de mi país. Luego poesía, Mareas. Recientemente, participé en una antología —como comenté antes—, Poemas a la deriva, publicada en Argentina. Preparo un nuevo poemario, por ahora sin nombre; y un libro sobre el discurso literario y sociocultural de la canción inédita vallenata, del Festival de la Leyenda Vallenata, de Colombia, Versos en acordeón. También tengo un libro académico en coautoría con Maribel Núñez, El docente novel en Educación Superior. Algunos cuentos breves y microcuentos que aún no he publicado, y en algunos medios y revistas tengo artículos.
EPP- ¿Cuál es tu mayor deseo en la vida?
Los deseos son el motor en la vida, esa declaración no me atrevo a hacerla, y en verdad no creo que haya uno mayor que otro. Cada uno guarda su importancia, su momento, su historia. Pero sí estoy clara en que deseo dejar una impronta positiva en mi paso por el mundo, que mi existencia sirva para hacer de este un lugar mejor, y que mis manos siempre, indistintamente de la circunstancia o de la posición en la que me encuentre, estén abiertas para servir, para dar y recibir. Para sembrar. Si hay luz, yo intentaré estar.
EPP- ¿Para qué crees que sirve la literatura?
Para vivir… Porque nos hace libres en el único espacio que podemos serlo verdaderamente: dentro. Y porque nos hace reconocernos en el otro, encontrarnos en sus ojos y en su piel. Ahí no estamos solos.
Poemas
De Mareas (2023)
XXX
en la oniria,
tu boca recorriendo
cualquiera de mis labios,
esculcas
intentas beber,
de comisura a comisura,
mi latido,
mi voz
XLV
al borde del mar
vaciarte en su orilla
que lama tus huellas
las borre
con todo y tu vacío
De Poemas a la Deriva (2024)
rebelión
impoluta, con las manos de piedra
y el cuerpo mármol
sí
me cosieron los labios
y tejieron trenzas en mi garganta
una sonrisa fútil
sombría
las lágrimas,
un riachuelo subterráneo.
el inconsciente
con forma de depredador
[acostúmbrate al hervor en el glaciar]
me cosieron los labios
y por las heridas
se fugó la infancia
las mujeres
las que fueron mujeres antes que yo,
con su silencio
me encadenaron los pies
pero no las alas
su traición y su designio
atravesaron mi destino
inamovible
pétreo
siempre ante el umbral
sí
me zurcieron los labios
aherrojaron mis pies,
horadaron mi destino.
un iceberg eterno, huérfano
sí
y yo,
magma en erupción
un brío indomable
caldeado
en los labios muertos
sellados
me hice metáfora desnuda
una voz
un lenguaje de agua y piedra
que descose
que desata
que transgrede las sombras
y el umbral.
En @de.zaguan.a.desvan
poema sin nombre, lo sagrado es impronunciable…
en su cuerpo florecen los campos muertos
y las estrellas tejen lunares constelados al tacto de mis dedos
en él, el oasis que inunda mis cactus
en su cuerpo nace y se hunde mi voz,
toma forma de verso y ritmo
un cuerpo de barro caliente entre mis aguas
escurrido por las piernas y los senos
una masa húmeda,
dibujo convexo en las cavidades de mis cuencos,
un espacio expansivo
que surca y anega pliegues e intersticios
un desierto en el que llueve sin invierno
y algodones apagan mis veranos
en su cuerpo,
la eclosión de un laberinto de especias,
cirios encendidos en oficio sobre el litoral ungido de sus labios
… o los míos
@dieditores
www.dieditores.com
@de.zaguan.a.desvan
Realmente complacida, extremadamente identificada con esta significativa entrevista a una escritora venezolana, residente en nuestro país desde hace 8 años. Nos da orgullo ver que, como mujer, tenemos una muy buena representación en la persona de esta escritora, sus conocimientos se hacen visible en cada una de sus respuestas. Por el día de hoy nos despedimos, Ecos de Personajes Poéticos, agradece profundamente a nuestra invitada María Carla Picón Chaparro, por dejarnos conocer, a través de sus respuestas, sus interioridades como escritora, sus pensamientos poéticos, “la eclosión de un laberinto de especias,
cirios encendidos en oficio sobre el litoral ungido de sus labios
… o los míos” excelente esta imagen encontrada en uno de sus poemas y que describe nuestra sensación al leerla, es como una eclosión, un choque o encontronazo, un topetazo con un ser similar a nosotros en su esencia. Gracias, por tanto, a ella y a ustedes queridos lectores. Será pues hasta el próximo sábado que volveremos a conectarnos con ustedes en un segmento similar, feliz y bendecido día a todos.