Las llamas del placer

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Lisandro Torres Báez - Estudiante de comunicación.

Por: Lisandro Torres.

San Ignacio de Sabaneta, Santiago Rodríguez, RD. -Quien con humildad y sencillez escribe, se considera amigo de todos. Soy un joven comunicador que físicamente vive en Santo Domingo, RD., pero que en espíritu pasea cada día junto a la segundera del reloj por el parque de Sabaneta, por sus calles y barrios. En la mañana, tarde y noche, respiro el aire de mi pueblo.

Las llamas del placer
Ella sólo sonreía, resplandeciendo todo el panorama.
Dueña de una mirada que cristalizaba mi alma
y de melódicos  susurros que componían cantos de amor.

Acariciándome el rostro con guantes invisibles de seda,
cerraba  las fisuras de mi corazón . La ocasión erguía  un festejo
sincero de lo que en realidad llevábamos dentro.

Credo, política y raza de la habitación aquél día marcharon.
De tamaño,  color ni peso supimos.
Sólo  creación humana fuimos, bajo el ímpetu del sentimiento.

Siendo grandes volvimos a nacer, en un alumbro sin ideologías y
suelto de reglas. Si era pecado no importaba, pues ya era demasiado tarde,
nuestros derretidos cuerpos entre las doradas llamas del placer se fundían.

2 COMENTARIOS

  1. Con esta linda descripción del sentimiento interior de este insipiente poeta se pone de manifiesto de idiosincrasia y nostalgia de muchos de los que, por una razón u otra, nos hemos alejado corporalmente nuestro terruño, dejando metafóricamente nuest

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