Con la esperanza de un mejor mañana José Fernández Diputado 2010-2016, Santiago Rodríguez RD: Vivimos un momento de desafíos para toda la familia Dominicana.
Los miles de residentes de nuestra provincia Santiago Rodríguez, – reclamamos voz en cuello un cambio.
Un cambio de dirección, que ponga de frente y busque soluciones a las necesidades y preocupaciones de nuestros padres y madres de familia, comerciantes en aprietos, estudiantes sin sostén para su aprendizaje, trabajadores esforzados que deben vivir lo comido por lo servido.
Un cambio de representante en el congreso, porque es de los pocos instrumentos y vías con que puede contar nuestra comunidad para realizar sus mínimas aspiraciones, y exigir y presionar por soluciones reales.
Cambio, porque el electorado comunitario espera un liderazgo que atienda más a estas urgencias que a los tejemanejes personales y a la búsqueda de ventajas y lucros individuales.
Cambio porque la gente quiere ser escuchada. Espera que los líderes que sigue, y más en este tiempo de crisis, sean capaces de visión, entendimiento y garras para echar la pelea que le encomiendan con su voto.
Y que los depositarios con esa confianza pública, no deserten sus tareas, dejando en banda, sin apoyo institucional, al electorado.
El tiempo de nuestra gente no puede ser desperdiciado, cada día cuenta, cada legislación nos afecta, cada centavo que no nos llegue por descuido o indiferencia, podría hacer la diferencia.
Un cambio pide Santiago Rodríguez, pero esta vez casi como un terremoto moral, donde la transparencia y la integridad, sienten las bases de un mejor manejo e impulso de las aspiraciones comunitarias.
Como pre-candidato por el PLD a la cámara de Diputado por Santiago Rodríguez, José Fernández propone dar voz a esos reclamos.
Voz a quienes miran con incertidumbre la precaria educación de sus hijos…
Dar voz a quienes esperan genuina dedicación de sus funcionarios electos, y que pongan por delante los intereses y apremiantes necesidades de la gente, antes que sus ventajas y afán de notoriedad.
Voz a nuestros educadores, que deben hacer de tripas corazón con los escasos recursos pedagógicos con los que deben enfrentar la formación de nuestros jóvenes….
En fin, voz a quienes velan por el bien común y porque se atiendan nuestras múltiples carencias.