Por: Astacio Castro
«Lo admirable es que el hombre siga luchando y creando belleza en medio de un mundo bárbaro y hostil» Ernesto Sábato.
Entre el murmullo del río Yaguajay, la fábrica de hielo, el mondongo de Doña Ramona, el dulce de yagua de mama Rosita, los gallos de Lulo y las peleas clandestinas en los patios, el juego de pelota en la calle y las carreras que nos daba el policía Familia, el ruido de manigueta de las máquinas de hacer barquillas de Silo y Francisco (padrino Poma), la mata de almendra de Mama Carmela, los juego de azar que perseguía la policía y tantas cosas más que caracterizaban la Joya de ese entonces, en medio de todo eso, los conocí, alegres con sus tragos de a ratos, pícaros, serviciales sin igual, HEROES ANONIMOS que día a día, maletín en mano, visitaban cientos de hogares tomando la presión e inyectando enfermos.
Sé que este breve relato se podría escribir de muchas personas en mi pueblo, un pueblo de hombres y mujeres buenas, honestas y sobre todo, hospitalarios y solidarios, ese era mi pueblo de entonces; pero hoy me detengo de manera parcial en dos hombres que tuve la dicha de vivir más de 30 años a su lado, viéndolos repartir solidaridad y amor en cada inyección, en cada toma de la presión arterial. Me refiero a Moisés Hidalgo y Urbano García (urbanito). Al decir esto me corren dos lágrimas y a la vez una gran sonrisa, y no es para menos, soy uno de los tantos que después de Dios, y nuestros padres, les debe la vida a ellos, pero que también disfruté de sus ocurrencias y anécdotas, propias de su profesión y de ser joyeros.
Hace unos días, nos convocó la muerte de Urbanito, y sin quererlo mi mente hizo un recorrido histórico de tantas vivencias. Estos dos hombres, enfermeros, o practicantes, como se le llamaba por esos días, servian de manera tan desinteresada, no importaba si había dinero o no, no importaba la hora, lluvia, día festivo o cualquier circunstancia, siempre estaban prestos a servir, listos para dar su mejor batalla en pos de la salud de cualquier ciudadano.
Urbano y su familia vivieron en la Joya siempre al lado de nuestra casa, lo que nos hizo casi familia, así era la convivencia de entonces y en cuanto a Moisés, me convertí desde temprana edad en su «Caco Colorao» para hacerles las diligencias donde Doña Mola y el Dr. Del Villar, eso me hizo vivir muchos momentos inolvidables al lado de estos dos colosos del amor al prójimo. Cómo no recordar esas discusiones con Urbanito, aguilucho furibundo y nosotros los liceístas, cuando ganaba o perdía uno de nuestros equipos; cómo no recordar la picardía y las palabras pintorescas de Moisés cuando ponía una inyección o cuando le cruzaba alguna chica hermosa por su lado.
Hoy que tantos hombres y mujeres de nuestro pueblo han olvidado sus raíces y se corroen en el letargo que da la bonanza y la buena vida, si recordar o devolver solidariamente, parte de lo que recibieron en su pueblo, hoy que el Servidor Público, en gran mayoría, no recorre los caminos de la eficiencia, de la honestidad y mucho menos del buen servicio, hoy que tantos profesionales de la salud, han hecho de ella un negocio y no un servicio, hoy que tantos hombres y mujeres desarmados, han hecho de nuestro pueblo, del país, una jungla de impunidad, corrupción y violencia, hoy más que nunca, necesitamos seguir el ejemplo de hombres como Urbanito y Moisés, y tantos otros/as, que por encima de tantas adversidades, dieron y continúan día a día, gastando su vida por los demás. Ellos son y seguirán siendo héroes anónimos para los grandes medios de comunicación, los grandes eventos y los grandes reconocimientos, pero jamás serán borrados de la memoria de aquellos/as a quienes le sirvieron con amor, aun con sus debilidades como humanos al fin que fueron, supieron servir.
Uba y Moisés, sé que Dios les habrá hecho un rinconcito allá arriba y seguro que ahora juntos, harán también allí un dúo dinámico de solidaridad.
SI LA DESCRIPCION DE LA JOYA ES TAL COMO LA RECUERDO
Nostálgico e Interesante Articulo Amigo Astacio, mi madre la Dra. Gomez no habia un dia en la que veía a Don Urbanito y me decía con orgullo: a ese sr. le tengo un gran cariño y agradecimiento; ya que el me ayudaba mucho en el hospital y aunque quien
GRACIAS ASTACIO, POR TAN LINDAS PALABRAS DE MI QUERIDO ABUELO UBA.
Muchas gracias mi vecino y hermano astacio por tus satisfactorias y sabias palabras estamos agradecidos de dios y de todos los habitantes de sabanera que recuerdan a mi querido abuelo urbano (ubanito) como una persona servicial dinámico y desinteresa
que orgullosa estoy de que urbano (uba) es mi abuelo por que siempre lo sera aunque no este entre nosotros por que el si merese siempre ser recordado por todo lo bueno que siempre fue con todos te extrano papa uba que Dios te tenga en el mejor de lo
Estas son las cosas por la cual cada día me siento más orgullosa de ti papa me siento más q feliz a leer esto las lágrimas me corren sin parar pero tengo ese recuero de la hermosa persona que fuiste y seguirás siendo aunque ya no estés me duele tanto
Gracias Astacio, cuantos recuerdos gratos de nuestras vivencias en la Joya, donde eramos una sola familia. Cuantas nostalgia al compartir el lunes un ultimo adiós a Uba en su Joya, con todas sus gentes que le querian.
Gracias astacio por tan lindas palabras hacia mi abuelo moises y por la mención que haces de mi abuela mola,orgullosa siempre de ser nieta de dos hombres honorables de santiago Rodríguez moises hidalgo y Jesús maria Sánchez «chipa» gracias dios por d
Todavia hoy me acuerdo de don Moises y hago las anecdotas de la llegada de el con su equipo de la Sanidad a la escuela Julia Molina. Era el dia de la vacunacion y siempre habia alguien que mirando por las ventanas veia la instalacion de las mesas de