Corre la primera década del tan esperado siglo XXI, y vemos como día a día nos asombra la ciencia con grandes, nuevos y extraordinarios descubrimientos en todas las áreas, el ser humano siente que vive un sueño, ya que ésta modernidad, ha logrado penetrar los rincones más insólitos del planeta, aunque venga acompañada del mercado como su máximo rector, el mundo la celebra.
Con esa misma modernidad y pos modernidad hemos engendrado un nuevo Ser Social, no porque no existiera antes, sino porque las modificaciones que ha sufrido nos sorprenden cada día mas, es un engendro de la sociedad capitalista, consumista y hedonista que penetra todos los cimientos de nuestros valores. Este nuevo ser humano se caracteriza, como bien lo afirma José Ingenieros en “El Hombre Mediocre” en vivir de la sombra, en ser la perfecta imagen de la hipocresía, es vil, cobarde, pero sobre todo, envidioso, pareciera como si la cultura que promueven la mayoría de los políticos dominicanos, hubiera engendrado este ser, tan fuerte, tan voraz que ha penetrado todos los extractos de nuestra sociedad.
La característica mas común en el nuevo ente social es
Ciertamente asusta, en ocasiones da miedo, saberse a merced de los caprichos y vaivenes mentales de un tartufo, sentirse atrapado en la madeja de engaños que la mente de este Ser social pueda crear; pero la eterna cobardía no es propia del hombre y la mujer honestos, del que se sabe en recto proceder, jamás debemos renunciar a la luz, por mas oscuro que veamos el panorama, por mas mediocres que día a día produzca y apoye nuestra sociedad, por mas que la hipocresía, el “lambisconismo” institucionalizado hayan avanzado, por mas que la mendicidad mental quiera arroparnos, y por mas que parezca irreversible el individualismo descarnado que hoy vivimos, donde hasta de algunos líderes, de los mas importantes del país, mienten lo mismo que respirar, no lo permitamos, el ejemplo de tantos hombres y mujeres que dieron y dan su vida por un mejor país, por un mejor pueblo, debe animarnos. El amor, la solidaridad, la coherencia, la perseverancia, la honestidad, etc, no son solo palabras, existen, existieron y aun en el caos total, siempre podrán ser rescatada, a eso los invito, a que no nos cansemos de creer que con Dios, y de la mano con otros hombres y mujeres que creemos y soñamos en lo mismo, un día, también nosotros, legaremos a nuestros hijos e hijas una mejor patria.
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