Por J. R. Orlando Reyes
Este domingo se inauguró un supermercado en Sabaneta. Su dimensión no es extraordinaria, su capital no es el de un emporio, pero reúne las condiciones para satisfacer las exigencias del cliente de hoy.
El supermercado Tony, que así se apoda su propietario, abrió sus puertas en el populoso barrio Cambelén, ahí donde creció y se formó este joven emprendedor. Tal vez por eso prefirió tal nombre, para mantener la identidad con la comunidad.
Pero, ¿quién es Tony? Es uno de los tantos empresarios que existen en el país que comenzaron a forjarse en el ámbito comercial desde la niñez. A Tony lo vimos en la esquina caliente del pueblo como limpiabotas, luego en el parqueo del desaparecido cine San Pedro con aquella caja de madera sobre un catre, lleno de golosinas y que es conocida como paletera ; también se iba con ella al parque Patria (hoy Don Juan Rosado ). El barrio Cambelén tenía una legión de paleteros, que uno a uno fueron abandonando este oficio y finalmente solo Tony se quedó en el negocio.
Sin dejar de atender su negocio informal, asistía a la escuela. Era un muchacho disciplinado, amante del ahorro. Así acumuló un pequeño capital que le permitió aprovechar una oportunidad que se presentó en el barrio: asumir la dirección del colmado del extinto Juan María (El Vale) que le fue alquilado y posteriormente pasó a ser su propietario.
A pesar de que tenía un compromiso mayor al frente de un negocio propio, nunca abandonó los estudios. Ingresó a la universidad Autónoma de Santo Domingo y allí obtiene el título de Lic. en Contabilidad, lo que indudablemente le ha ayudado a manejarse con eficacia en su empresa.
Ya siendo profesional y dueño de un colmado, pone en marcha su gran sueño, el que había concebido desde «la paletera»: ser un gran empresario.
La base está hecha. Ya lanzó el reto.
Para lanzar el nuevo concepto de empresa, acudió al financiamiento en COOPSANO, una institución de la que forma parte en la plana dirigencial.
Tony tiene otros planes. Se propone en lo adelante construir apartamentos sobre el supermercado y así ampliar el horizonte empresarial.
El edificio de supermercado Tony resalta por su diseño y grandeza en ese barrio humilde, pero sus vecinos sienten orgullo de que haya un establecimiento de este tipo y el que, según dice el propietario, no perderá de vista que ellos han sido la bujía inspiradora del proyecto, por el apoyo brindado.
Por este motivo, se conservará un área del negocio, con las características del antiguo colmado que le dio origen. Sus vecinos clientes tendrán acceso a productos al detalle, al crédito que siempre han tenido y a recibir un servicio personalizado más allá del horario convencional.
Ojalá este nuevo espacio empresarial que nació en el mes del regocijo de Sabaneta sirva de chispa que encienda la imaginación de otros jóvenes emprendedores y que al igual que Tony enarbolen valores como el amor al estudio, la solidaridad, la discreción y la identidad comunitaria.
¡Éxitos!
