Por: Robert Núñez Cabrera.
Si no fuera por la impresionante y aleccionadora experiencia que vivimos los dominicanos con la Autoridad Metropolitana de Transporte (Amet) (sí, la misma que «funciona» ahora), manejada en ese entonces por Hamlet Herman, pensaríamos que a los dominicanos no hay forma de controlarlos en cuestiones de Tránsito.
Debemos ser justos y no echarle la culpa a los demás directores de Amet, es cuestión de política gubernamental, no de nadie en particular. Pero lo que estamos viviendo en las calles no tiene parangón. A cualquier dominicano tiene que darle vergüenza está barbaridad que tenemos que soportar día tras día.
Los que nos ilusionamos con la formación del Instituto Nacional de Transporte (INTRAN), que exclamamos con fuerza: ¡Por fin se va arreglar ésta locura, vamos a ver si éstas chatarras seguirán circulando, si no se respetaran la señales de tránsito, los parqueos, los carriles, etc, etc, les llegó su fin!
Ahora es que hay frustración.
Estamos en un limbo, ojalá nos sorprendan. Dirigiendo el INTRANT hay una profesional excelente, Claudia Franchesca de los Santos, y por confiar en ella es que estamos desesperando, porque no entendemos nada su inactividad, ¿Porque el INTRANT no se ha dejado sentir?. Ojalá nos den un susto y comiencen a organizar éste desorden.
