Por: Sergio H. Lantígua
Pennsylvania, USA. -Aún prevalecen en mi memoria con recurrente regularidad, los comentos rubricados por aquellos amigos que me ofreciesen con toda espontaneidad sus hombros de apoyo y verbalismos ponderables, cuando este humilde poetastro, recién inauguraba su irrupción en el acervo poético Sabanetero.
Aunque ora palmario el absentismo de estos dilectos por ya no recorrer de la mano el mismo sendero, ni la anticipada convergencia en cada bifurcación de este escabroso trillo que persistente continúo peregrinando cada semana en esta importante página digital. Empero, hoy, deseo iterarles mi sempiterno agradecimiento a los siguientes amigos por conocer: Arq. Ricardo González, don Nito Leclerc, Yolanda Checo, J. Báez Estévez, Dra. Kenia de la Cruz, Altagracia Robbins, y mi primo Chicky en la madre patria. A los ya conocidos: Raymundo Infante, su esposa Jacquelyn Castillo y al Dr. González Gómez. Una mención particular para mi primo Fabiano Lantígua y su hijo Diómedes.
REENCUENTRO
Volví a encontrarte sentada en consabidos umbrales
Husmeando en la bruma sin el apremio del tiempo
Desapasionada, delirante, absorta, sin rumbo urdido
Traspapelada en el espacio donde mora lo insustancial
Con la mirada obnubilada, sinopsis del ignoto destino
Deshojando los silencios, febril el estrujo de tus manos
Volví a encontrarte porque deambulaba en el propósito
Sujeto a la imberbe indulgencia de pretéritos suspiros
Especulaba reconquistar distancias ignorando motivos
Viajando en esa galaxia etérea de los sueños preteridos
Queriendo abrazarte con la misma intensidad y delirio
Con la frágil reciedumbre con que se acaricia a un niño
Así, vibrante el alma como quien besa labios primerizos
Procurando esquilmar el placer en caricias ya insensibles
Sin ese apuro absorbente, disfrutando cada minuto vivido
En un disímil encuentro, retorno de amantes peregrinos
Tratando de conciliar ese sueño que ya no dormita conmigo
Quise sobornar al recuerdo para que propiciara el encuentro
Aunque sapiente de que ya el tiempo ha borrado todo vestigio
Amigo por conocer Sergio, el agradecimiento es mutuo, pues tus ponencias nos ha demostrado la destreza, el verbo y la naturalidad que tienes para escribir. Mas todavía la ese gran conocimiento de los sinónimos y antónimos que con exquisita maestría,
Gracias amigo por conocer Ricardo: No podía endilgarle un intervalo silente a la magnanimidad eurítmica de tu comento porque el agradecimiento es fragmento primordio de mi bagaje personal. Es una errata improcedente el discernimiento de que solo se e