Orígenes del Béisbol Dominicano. 1 de 2

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Juan Miguel Pérez.

Por: Juan Miguel Pérez
Sabaneta, Santiago Rodríguez, RD. – En nuestro país ha habido y hay grandes historiadores deportivos que han hecho aportes significativos porque cuando publican los resultados de las investigaciones que en un determinado momento han desplegado, nutren de conocimiento a la afición dominicana en diferentes disciplinas deportivas.

Sin embargo, llama la atención que siendo el béisbol el deporte rey de los dominicanos, la disciplina deportiva a través de la cual el nombre de nuestro país ha sido más altamente enarbolado, e incluso, la nación que fuera de los Estados Unidos de América se ha constituido en la más productora de las industrias de jugadores estrellas de las Grandes Ligas, no haya nada completamente definido respecto al origen del juego de pelota.

Existen dos versiones que dicho sea de paso ambas han sido y son bien socorridas, la primera de las cuales es sostenida por quienes aseguran que el béisbol dominicano inició en Santo Domingo en el año 1891, con la llegada de los hermanos cubanos Ignacio y Ubaldo Alomá.

La otra versión la plantean quienes afirman que ya en el año 1886 se jugaba pelota en San Pedro de Macorís y que llegó de las manos de los ocupantes de un barco cubano que había llegado a esa ciudad en asuntos de negocios cañeros.

Los que se han inclinado por esta segunda versión afirman que el béisbol fue traído por primera vez a la República Dominicana por plantadores de azúcar cubanos que llegaron al país en la década de 1880 huyendo de la Guerra de los Diez Años en su isla natal, y construyeron los primeros molinos de azúcar mecanizado de la nación.

La Guerra de los Diez Años es conocida como la primera gesta independentista cubana frente a las fuerzas reales españolas que dominaban la isla y los seguidores de esta primera versión sostienen que el desasosiego social y político generado por esos acontecimientos ponían en peligro los intereses económicos de los productores de azúcar en esa nación y dada esa razón emigran a República Dominicana en donde se establecieron y comenzaron suministrándoles útiles de béisbol a sus trabajadores como una distracción para mantener la moral.

Se sostiene que el 25 de septiembre de 1886, por gestiones de esos plantadores de caña de azúcar fue celebrado el primer juego de béisbol en la República Dominicana, específicamente en San Pedro de Macorís entre dos equipos cubanos, uno de Santiago de Cuba y otro de la ciudad de Angelina.

Quienes defienden la segunda versión dicen que si bien los hermanos cubanos Ignacio y Ubaldo Alomá fueron los principales propulsores en el origen del béisbol dominicano y que organizaron en el año 1891 el primer torneo profesional en Santo Domingo entre los equipos «Ozama» y «Nuevo Club», ya desde 1886, es decir, 5 años atrás en San Pedro de Macorís se estaba jugando pelota.

A mi humilde parecer, que dicho sea de paso esa es mi posición al respecto, y sin el ánimo de querer inclinarme a favor de una versión y en contraposición de la otra, porque al contrario, quienes sostienen ambas teorías son personas mucho más calificadas que yo para referirme al tema, concluyo diciendo lo siguiente:
«Que independientemente de cuál de las dos versiones esté más cerca de la verdad, el origen del juego de pelota en esta media isla está estrecha e inherentemente vinculado a Cuba y se debe a inmigrantes cubanos porque en ambas teorías está la presencia cubana», y esto es algo que a nadie debe extrañar porque Cuba fue el primer país en toda área del Caribe en donde se jugó beisbol cuando en 1966 lo iniciaron cubanos que estudiaban en Estados Unidos.

El próximo jueves vengo con otra entrega en la que me voy a referir a importantes aspectos como son los primeros campeonatos, el nacimiento y la participación de clubes y dar nombres de los primeros peloteros que se destacaron. ¡Síganme!.

1 COMENTARIO

  1. La verdad es que nosotros los sabaneteros debemos sentirnos orgullosos de tener una leyenda de conocimiento como Papaguelo, y aquí en New York lo reconocemos y lo admiramos y le tenemos un reconocimiento, porque en nuestro país hay poco como él, p

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