Por qué nos llamamos San Ignacio de Sabaneta

Por: Ricardo González Quiñones.

Cuando tú naces en un pueblo, un municipio, o una provincia, donde alrededor del 88% de los politiqueros que ha tenido esta provincia en los últimos cincuenta años, desde el 1966 al 2016, han sido unos buenos para nada. Entonces tú encontrarás que cada cosa que tenemos se hizo con gentes que muy probablemente ni siquiera sabían lo que estaban haciendo.

Resulta que en junio del 1966, cuando a Balaguer le entregaron la presidencia de la República, Asco (nunca ganó una sola elección). Las autoridades “ganadoras” de la provincia fueron José Romárico Bueno Gómez Senador, Aida Núñez de Villalona y Luís Caonabo Peralta Diputados y la Gobernadora fue Melania Arias de Peralta.

Para entonces, el cura párroco era Jaime Amengual Real, que había venido de Palma de Mallorca, España, a sustituir a Juan Horrach, que había fallecido en un accidente automovilístico el 21 de marzo del 1955. El Padre Jaime llegó a Sabaneta el 25 de julio de ese año 1955. Tenía dirigiendo la parroquia 12 años cuando le expresa a  Juan Peralta (el esposo de la gobernadora) y  Ciriaco Villalona (el esposo de la diputada) el deseo de preparar y someter un proyecto de ley para ponerle a Sabaneta de los Novillos, que era como se llamaba nuestro municipio, San Ignacio de Sabaneta.

Jaime Amengual, al parecer, era seguidor de Iñigo López, así se llamaba Ignacio de Loyola, de hecho en noviembre del año 1963, Amengual Real, fundó un colegio en Sabaneta y cómo creen ustedes que le puso. Colegio Parroquial San Ignacio de Loyola. Prepararon dicho proyecto de ley, doña Aida Núñez que era Diputada, una mujer de la iglesia, lo recibió de ellos (Juan Peralta y Ciriaco), y lo introdujo a la cámara baja y ahí comenzó este desatino.

El viernes 28 de abril del año 1967 el Congreso Nacional emite la ley No. 142 que declara como San Ignacio de Sabaneta a nuestro municipio. Nadie, excepto algunos compueblanos, se opuso a esta caricatura. Todavía al día de hoy, la mayoría de nuestros conciudadanos, no saben quién era este señor Ignacio de Loyola. Nació en Azpeitia en el país vasco. Fue un militar y luego se metió a católico. Pero no hay un San Ignacio que haya nacido en Sabaneta. Por ende no puede haber un San Ignacio de Sabaneta. Jaime Amengual buscó un San Ignacio que había en la iglesia de Montecristi y lo puso en la nuestra. Siguen los desatinos.

Quiénes le dieron el visto bueno a estas gentes, para ponerle el nombre que se le antojara a nuestro municipio.

Esto dio al traste para que nosotros tuviéramos dos patronos San Ignacio y Las Mercedes. Y para colmo de males le pusieron el nombre de una calle a Jaime Amengual y otra a Ignacio de Loyola. Pero vengan acá partidas de politiqueros, y Polón, Antonio Batista, Cándido Fanfán y Manuel Chireno, entre otros, cogollo, no tienen ni siquiera el nombre de un callejón de un barrio sabanetero.

No pudieron ponerle por ejemplo SABANETA DE LAS MERCEDES (y se quedaba esa sola patrona). O Municipio JOSÉ MARTE, o Municipio PEDRO THOMAS, o Municipio JOSÉ CABRERA, o Municipio SANTIAGO RODRIGUEZ (éstos valían más que todos los politiqueros juntos de Sabaneta). Busquen que hay muchos municipios cabeceras que tienen el mismo nombre de la provincia. (Dajabón, Santiago, San Juan, Azua, El Seybo, Barahona, S.P.M., S.F.M., etc.)

“Miérquina” cuanta gente “sabias”. En abril próximo, se cumplirán cincuenta años de esta mojiganga y nadie se atreve a enfrentar a estos carajos a la vela. Esta inoperancia viene desde lejos, ya ustedes saben por qué nosotros estamos entre las provincias más pobres del país. Hasta pronto, Dios querrá.

Ricardo González Quiñones

Sabanetero