“Sin música, la vida sería un error”
Nietzsche.
POR: PAPO FERNÁNDEZ – Escritor Reside en Santo Domingo.
Cuando el 13 de junio de 1912, los moncioneros Mon Sánchez y Manuel Almonte invitaron a Ñico Lora a tocar la fiesta del día de San Antonio, ambos le pidieron que ya que él había hecho merengues a San Francisco y a Las Mercedes y otros santos, que le hiciera uno a su patrón.
El genio de Ñico Lora entró en función y compuso 4 estrofas con un ritmo tan cadencioso y hermoso, que este merengue se ha grabado para siempre en la memoria del pueblo dominicano y Guaraguanó (Monción) lo lleva colgado en su pecho con orgullo como su himno perenne.
La primera estrofa, que al igual que las otras 3 describían lo que él estaba mirando al frente de la Parroquia y de la imagen del Santo Patrón, dice así:
“Antonio, divino y santo
ruega por los pecadores,
porque San Antonio es
el dueño de todas las flores”
¿Qué significa? Que pide al santo rogar por los pecadores, pero a la vez se da cuenta que al Santo es que le llevan todas las flores.
Recordar que San Antonio es el santo de las solteronas o jamonas en buen dominicano, y por eso, ese día, las medio pasada maridiano para encontrar marido, le llevan flores a San Antonio o algunas incluso “lo ponen de cabeza, y si no le busca novio nadie lo endereza”.
De ahí que San Antonio el 13 de junio de cada año es “el dueño de todas las flores”; fíjense que a pesar de que el 99% de los que cantan el merengue dicen “el rey de todas las flores”, Ñico, en su merengue original dice “dueño”.
En la segunda estrofa, es donde Ñico Lora, le entrega en testamento a la comunidad su composición, cuando declara a los moncioneros como dueños absolutos del merengue al cantar:
“Dice San Antonio
aquí mando yo
yo soy el Patrón
de Guaraguanó”.
Y en la tercera dice:
“Dice San Antonio
que cosa más buena
después de la misa
repicar novena”.
Es decir, recordar que en esos años, el pueblo era respetuoso de la celebración de las nueve misas (novena) y que después de estas ser realizadas, era que se llamaba (repicando las campanas) a la comunidad a integrarse a las fiestas y juegos populares.
Para cerrar el merengue el numen inagotable de Francisco Antonio Lora Cabrera (Ñico, 1868-1971), de quien se dice inventó más de 1500 merengues que jamás podremos escuchar ni conocer (no había cómo grabarlos en sus años mozos), termina diciendo:
“Unos prenden velas
otros traen flores
Antonio rogando
por los pecadores”.
Como dato curioso, ¡Ñico no sabía leer ni escribir!, de ahí que Sánchez y Almonte se prepararon para cuando Ñico fuera a hacer el merengue, ellos dejarlo plasmado en papel para que a él no se olvidara… por eso hoy podemos disfrutar del mismo.
Aquí les dejo una foto de Ñico y las 4 estrofas de este homenaje a Monción, municipio “Villa de los pinares” de la provincia Santiago Rodríguez; y cualquier palabra, letra o estrofa que usted escuche diferente a estas 4, no es más que un invento de quien sea que las cante.
Hasta la próxima para más.
Muchas gracias.