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Lo que debe saber el orientador sobre lectoescritura

Por Olga Lidia Báez Sánchez
San Ignacio de Sabaneta, Santiago Rodríguez, RD. -La mayor preocupación de los padres y docentes la constituyen el dominio de la lectura y la escritura por parte de sus hijos/as-alumnos/as, muchas veces no sabiendo que hacer para ayudarles a desarrollar estas competencias, por lo tanto, en este material se presentan aspectos claves para el asesoramiento por parte del orientador a dichos padres y formadores.

Es bueno saber que lectoescritura es la capacidad y habilidad de leer y escribir adecuadamente, proceso de aprendizaje en el cual los educadores pondrán especial énfasis durante la educación inicial, proponiendo a los niños diversas tareas que implican actividades de lectoescritura.

En la tarea del orientador de asesorar e identificar junto al docente las necesidades específico de apoyo educativo, en este caso dificultades de aprendizaje de la lectoescritura, son las siguientes:
• Colaborar con el docente en la identificación de los estudiantes con necesidades especificas de apoyo educativo (compartir sus análisis con los padres, profesores de apoyo y tutores), determinar si el alumno tiene o no dificultades en el aprendizaje de la lectura y la escritura (si es o no disléxico), si es especifico o si  presenta comorbilidad.
• Diseñar la respuesta educativa para estos alumnos, implicando el mayor número de agentes; los que requieren contar con otras dos competencias adicionales.
• Crear relaciones de colaboración con y entre los agentes educativos.
• Analizar práctica educativa de los agentes para crear espacios comunes de trabajo.

Para el manejo de estas tareas debe poseer conocimientos relativos a los que necesitan saber los estudiantes y sus docentes de lectura y escritura, es decir, proceso de aprendizaje de la lectoescritura, adquisición, dificultades, intervención y análisis de la práctica educativa del docente:

Proceso:
Todo lector cuenta con dos rutas de lectura, una es fonológico o subléxico: permite llegar al significado de las palabras transformando cada grafema en su correspondiente sonido y utilizando esos sonidos para acceder al significado. Por otra parte existe la ruta léxica: forma ortográfica de la palabra con su representación interna, es decir, cuando el lector posee una representación mental de las palabras.

Adquisición:
Conciencia fonológica, capacidad para aislar y manipular los segmentos sonoros del lenguaje oral (manejo del lenguaje oral, en intervención de la secuencias de sonidos, es decir sonidos de las palabras); principio alfabético, comprensión de los fonemas, es decir relación sistemática entre letra y sonidos; conocimiento del código, correspondencia entre fonema y grafía que exige de ciertas reglas semánticamente interpretables.

Dificultades:
Pueden presentarse en cualquier alumno por dos razones: por el alumno y sus necesidades individuales o por el contexto y las inadecuadas características para propiciar el aprendizaje.

Existe dificultad en la lectura cuando el alumno tiene una discrepancia curricular de dos años o más por debajo de lo apropiado a su edad y nivel académico, teniendo dificultad sin importar sus buenas capacidades cognitivas, emocionales y sensoriales y adecuada respuesta contextual, a pesar de todo esto el estudiante no logra conseguir la competencia curricular indicada.

En ese caso nos referimos a los lectores con dislexia, siendo un trastorno de origen genético que se refleja en la organización funcional de ciertas áreas de córtex, como es el caso de la baja activación del lóbulo temporal izquierdo, destinado al procesamiento de las palabras escritas (Peaulesu y otros, 2001).

El origen del trastorno se encuentra en la mala conciencia fonológica, como se comenta en Alegría, 2006, se manifiesta con la lentitud en las tareas de denominación, ya sea porque son lentos procesando y recuperando sonidos articulados o porque le cuesta analizar visualmente las formas que tienen las letras ante sus ojos, estas dificultades se pueden manifestar por separado o conjuntamente.

La situación se agrava cuando las personas se dan cuenta de su dificultad para adquirir la competencia, lo que conlleva a la pérdida del interés y el deseo de aprender, lo que para un lector normal es bastante fácil, para ellos se convierte en algo difícil de alcanzar.

Intervención:

Se puede intervenir sobre el alumno para reparar en lo que se pueda las zonas cerebrales afectadas y sobre el ambiente o contexto para sugerir actividades de lectura que favorezcan la necesidad del alumno.

Análisis de la práctica docente: para hablar de esto el orientador debe contar con herramientas que permita describir y comprender lo que los profesores hacen habitualmente, aunque los orientadores no estarán tan involucrados en la intervención, ya que la misma va más dirigida al docente, deberá a partir de esta comprensión diseñar objetivos y planes de trabajos relevantes y ajustados a la necesidades del alumnado.

En este análisis debe observase si el profesor presenta al estudiantado el objetivo de tema, el por qué, para qué y las consecuencias del tema.

Codiseñar la intervención: existen tres tipos de intervención: Local: es la llevada a cabo por los profesores de apoyo y en algún grado los padres y allegados para desarrollar programas específicos; curricular: ayudar a determinar cómo dar continuidad en el área ordinaria al tratamiento proporcionado en el aula de apoyo; institucional: en este caso se coordina los trabajos con el equipo directivo.

Recomendaciones:
Conocer a profundidad las reglas ortográficas.
Analizar los aspectos fuertes y débiles del alumno.
Analizar el contexto áulico.
Analizar la práctica educativa del docente.
Conocimiento del currículo y competencias de acuerdo a los diversos grados.
Buscar estrategias que despierten el interés en el estudiantado por la lectura.

Conclusión:
El proceso de lectoescritura comprende el acceso de las representaciones fonológicas, ortográficas y semánticas de las palabras, es decir, el lector puede leer con rapidez y sin esfuerzo. Se puede hablar de dificultades cuando el estudiante tiene escaza exposición a lo escrito y mayores exigencias motivacionales, así mismo si se hace lo contrario se logra el éxito requerido.

Estas destrezas no se consiguen de manera inmediata, ya que exigen de años de experiencia y prácticas continuas, Por lo tanto cuando se cumplen los tres aspectos entonces se puede decir que se tiene totalmente desarrollada y buen dominio de la lectoescritura, se es un buen lecto-escritor.

Referencias bibliográficas:
Alegría, J (2006). Por un enfoque psicolingüístico del aprendizaje de la lectura y sus dificuldes-20 año después-. Infancia y Aprendizaje, 29 (1), 93-111
Paulesu, E., y otros (2001). Cultural diversity and biological unity in dislexia. Neyroimagen, 13(6), S584-S584.
Almirall, R., et al (2011), Orientación Educativa modelos y estrategias de intervención. Editora Grao, Vol. 1, Barcelona, España.
Véase también http://www.definicionabc.com/comunicacion/lectoescritura.php
http://www.psicopedagogia.com/articulos/?articulo=316
Elaborado por:
Olga Lidia Báez Sánchez
Dulce Neida Mariné Báez
Teresa Rojas
Claribel Ribera

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