Las puertas y las ventanas de la esperanza

Por Robert Núñez Cabrera
No cabe dudas que la popularidad del presidente Danilo Medina es fruto de su buen desempeño, de su formación e identificación con la ortodoxia peledeísta. (Ortodoxia: Conformidad con la doctrina fundamental de cualquier secta o sistema.) Después de doce años de ejecutorias de Leonel Fernández, Medina está realizando un gobierno más cercano a lo que esperaba el pueblo dominicano de un discípulo de Juan Bosch.

Si las circunstancias le permiten mantener esa popularidad y si , aunque algunos pelafustanes se lo pidan (como de seguro lo harán), Medina no intenta reelegirse, las condiciones estarán dadas para que cualquier otro miembro de su partido, con condiciones parecidas a las suyas, pueda llegar a presidente de la república..

Danilo Medina se está convirtiendo en un punto de referencia, se hablará de un antes y un después de su mandato, con él está naciendo una nueva forma de gobernar, le está enseñando a la nación que se puede ser primer mandatario sin endiosarse, sin creerse omnipotente, que la sencillez no impide la eficiencia, que se puede ser humilde, humano y presidente a la vez.

Por fin, como decía aquella hermosa campaña de José Francisco Peña Gómez, se están abriendo las puertas y las ventanas de la esperanza, Parece ser que el presidente Danilo Medina está convencido que la recompensa más importante para aquellos que se han preparado para ejercer la Política, «la más pura de las ciencias, después de la Filosofía«, según Juan Pablo Duarte, es la satisfacción de hacerlo bien. Por fin.
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