Por: Luis Brito.
SANTO DOMINGO, RD. La precampaña electoral en ruta hacia las elecciones de 2024 en República Dominicana, ha dado un ligero giro, impulsando aún más el accionar y la “velocidad” de los partidos y aspirantes a cargos electivos, luego de que el presidente Luis Abinader anunciara, hace ya dos semanas, su decisión de ir por la reelección presidencial.
Como predijeron analistas políticos y como era de esperar que sucediera, el cuadro se presenta ahora distinto, cuando el país está observando a un Luis Abinader actuar en la doble condición de presidente de la República y a la vez precandidato presidencial del Partido Revolucionario Moderno (PRM).
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Esta nueva postura del jefe de Estado, en la que agrega a su discurso elementos y aspectos meramente de campaña electoral, fuerza o convida a la oposición a redireccionar sus “disparos políticos” hacia al oficialismo, apuntando ahora a un objetivo único y más directo, que es la figura del presidente de la República.
A su vez y consciente de que es él, más que su Gobierno, el blanco de sus adversarios políticos, el mandatario estará también “apuntando” electoralmente a la cabeza de los líderes opositores y en algún tramo posterior de la campaña su descarga será dirigida, con nombre y apellido hacia el candidato que considere la real y verdadera amenaza en las urnas.
Luego de proclamada su precandidatura y siendo oficialmente escogido como la persona que encabezará la boleta principal del PRM, proceso donde no se esperan mayores sorpresas, el país comenzará a ver a un presidente accionando todavía más electoralmente, lo que sin dudas le generará mayores y más ataques directos por parte de la oposición, como siempre ha sido cuando el escenario electoral dominicano presenta un proyecto reeleccionista.
Las promesas y ofertas de campaña del oficialismo ahora deberán cambiar de manera significativa, en referencia al discurso de cuando el PRM era oposición, cuando entonces producía duros y puntuales ataques, muchas veces hasta fieros, y con muy buenos resultados ante un Partido de la Liberación Dominicana (PLD) que registraba un notable desgaste en el ejercicio del poder y en la recta final prácticamente “desgarrado” con la división que marcó la salida de esa organización política del expresidente Leonel Fernández.