POR: EVELING TAVAREZ – Psicóloga. Reside en USA.
El Covid-19 ha marcado un antes y un después alrededor de todo el mundo, no solo porque muchas personas se han puesto a reflexionar sobre lo que verdaderamente importa en la vida y lo frágil que esta puede llegar a ser, llegando a perderla en un abrir y cerrar de ojos. Lo mismo ha ocurrido con muchas personas y empresas alrededor de todo el mundo, donde el Covid-19 sin ser su intención llevó a establecer nuevas reglas en la jugada y quien no se subía al tren de la era digital, se quedaba fuera.
Aquí se tenía que romper con el nuevo paradigma en esta era Digital, donde estudiantes, maestros, gerentes, gobiernos, dueños empresas y demás, si querían estar activo en el día a día y permanecer en el mercado, tenían que ir eliminando estereotipos y formas de trabajo, donde no necesariamente había que tomar en cuenta que cada persona es diferente y que aprendemos a un ritmo distinto. Dejando de lado las diferencias individuales de los individuos y sin tomar en cuenta si era su elección o no, había que hacer uso de los medios digitales para poder salir adelante tanto en lo personal, como lo laboral en ese momento de crisis mundial.
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Cabe resaltar que al momento que se cerraron las fronteras y los aeropuertos, la mayoría de diplomáticos y sus familiares quedaron varados en países diferentes al suyo, estando en un total aislamiento, contando únicamente con los medios de comunicación digital, mismos que debían emplearse para desarrollar las actividades laborales y personales.
En tanto, los gobiernos, los Estados y los diplomáticos no se quedaron rezagados, se subieron a este tren de la era digital en ese momento de crisis, como comentaba Puru Trivediplo en su escrito de Diplomatic Courier, donde la 75ª Asamblea Anual de las Naciones Unidas (AGNU), se celebró virtualmente en septiembre de 2020 y que si bien no fue en persona, sino 100 % digital, permitió a los líderes a nivel del mundo, proporcionar sus comentarios virtualmente, garantizando su salud y seguridad; lo que fue un total éxito.
Desde ese momento donde la salud y la seguridad de todos estaba en total vulnerabilidad, las redes sociales obtenían un ascenso desmesurado, así como también, crecían las ventas de los equipos tecnológicos y del internet. Aunque el mundo estaba en crisis, las Relaciones Internacionales no podían quedarse estancadas, por lo que las reuniones virtuales se sumaron a su mayor expresión para poder llevar a cabo tratados y acuerdos comerciales.
Siempre he sabido que de cada cosa negativa y de los procesos, salen cosas positivas y extraordinarias, porque después de la pandemia despegaron empresas con servicios virtuales que jamás pensaron que llevarían a cabo, así como también, la Diplomacia Digital ha despegado obteniendo grandes resultados a nivel de todo el mundo.
Si bien es cierto, la comunicación a distancia jamás va a sustituir un cálido abrazo, el contacto físico, usar los medios de persuasión y demás, pero si puede aprovechar la tecnología y las plataformas digitales para fomentar las relaciones internacionales, atraer audiencias globales y dar forma a la política exterior utilizando las redes sociales, creando cambios geopolíticos que impacten con la incorporación de nuevos temas como la ciberseguridad.
Por lo que podemos concluir que el ser humano es un ser cambiante y lo que nos diferencia de los animales es que somos adaptables a cualquier entorno o situación por difícil que sea, el Covid-19 nos dio la oportunidad de conocer nuevas formas y metodologías de comunicación, nuevas formas de interrelacionarnos, nuevas formas de negociación, mediación de conflictos y otros; asimismo, llegar a una audiencia en cuestión de segundos e informar de manera oportuna en el momento indicado.
