“A través del Ballet, el cuerpo expresa lo que las palabras no pueden decir”.
Martha Graham (1894-1991)
bailarina y coreógrafa estadounidense
Por: Persilia Zijlstra
Santo Domingo, RD. Todo comenzó en penumbras, evocando la mente de un recién nacido, como la de Riley, la protagonista. De pronto, el auditorio se llenó de luces, colores y, con las primeras emociones representadas por un grupo de talentosas bailarinas, el público fue transportado a un viaje inolvidable por el mundo interior de Intensamente 2. La presentación, que tuvo lugar en el Auditorio de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU), el pasado 18 de enero, fue un despliegue de creatividad, técnica y expresión artística.
La primera parte del espectáculo estuvo inspirada en las emociones protagonistas de la película: Alegría, Tristeza, Ira, Temor y Desagrado. Cada coreografía capturó de manera única los momentos clave de la historia, con transiciones fluidas y perfectamente hilvanadas que permitieron a la audiencia navegar entre emociones en una sinfonía visual y corporal.
Uno de los momentos más impactantes fue la representación de la transición de Riley hacia la adolescencia, cuando se integraron nuevas emociones como Ansiedad, Vergüenza, Envidia, Nostalgia y Aburrimiento, que complejizaron el trabajo de las emociones iniciales, especialmente el trabajo de Alegría como líder de equipo. Una escena particularmente conmovedora fue la interpretación de Tristeza, con movimientos lentos y melancólicos que lograron tocar el corazón del público, así como la caracterización de Temor, por el Baby Ballet que con sus movimientos simulando nerviosismo, dieron un toque de realidad a dicha emoción primaria. Todo esto se enriqueció con un vestuario morado, que se degradaba bajo el extraordinario juego de luces del escenario, generando una atmósfera profundamente emotiva.
Además del talento individual de las bailarinas, el espectáculo destacó por el trabajo colaborativo entre alumnas y maestras, quienes lograron un equilibrio perfecto en cada cuadro. Desde la concepción de las coreografías hasta la ejecución final, el esfuerzo conjunto fue evidente, reflejando la importancia del trabajo en equipo en una disciplina como el ballet.
Más allá de ser un deleite artístico, esta presentación mostró la relevancia del ballet como un ejercicio físico y mental que fomenta valores esenciales como la precisión, la coordinación, el manejo del tiempo y la unión grupal. Es una disciplina que trasciende el escenario, contribuyendo significativamente al desarrollo físico, emocional y social de quienes la practican.
El ballet, además, ha inspirado a otras manifestaciones artísticas. Un ejemplo icónico son las pinturas de Edgar Degas, quien inmortalizó a las bailarinas en movimiento, capturando la esencia de la danza en cada pincelada. Este vínculo entre el ballet y otras formas de arte reafirma su capacidad para conectar profundamente con el espíritu humano.
La academia Onabella Ballet, ubicada en Ciudad Real II, Santo Domingo, se ha convertido en un espacio integrador donde las niñas aprenden ballet clásico, hip-hop y danzas contemporáneas, mientras las madres participan en clases de zumba, promoviendo un ambiente sano y familiar. Este lugar fomenta la disciplina artística y, al mismo tiempo, impulsa valores como la unión familiar, la confianza y el crecimiento integral de quienes forman parte de él.
Para muchos padres, como para mí, fue un orgullo inmenso ver a nuestras hijas formar parte de una puesta en escena tan bien lograda. El espectáculo demostró la técnica y el talento de las bailarinas y el poder del ballet como medio para expresar emociones y conectar con el público.
Esta función será recordada por su calidad técnica y artística, pero sobre todo, por el mensaje profundo que transmitió: la importancia de reconocer, aceptar y equilibrar nuestras emociones, todo en un entorno que fomenta el desarrollo integral de quienes participan en esta hermosa disciplina.