Por Ricardo González Quiñones
Escribir un libro, no es tarea fácil, escribirlo en un país subdesarrollado, es una verdadera odisea. Pero siempre van a aparecer hombres y mujeres dispuestos a tomarse el reto de «parir» obras literarias, en diversos géneros, para cultivar los conocimientos, alimentar la cultura y dejar a la posteridad un legado incalculable.
Hoy he querido hacer una perspectiva de un libro escrito por Víctor M. Peralta, un exponente netamente sabanetero, y por ende nuestro, comprometido con la necesidad de sacar de la sombra a los que aun no saben que leer es el viaje más encantador y verdadero que hacemos los lectores alrededor del universo.
INSOMNIO, cuentos de punto fijo, es una rotunda y bien planificada obra, preñada de cuentos, una decena, para ser exacto. En cada uno de ellos, el autor hace uso de un lenguaje sencillo, entendible, ameno y coherente. Sus diálogos son llevados como bastones para que el lector los tome de soporte en cada uno de los cuentos.
El uso correcto de la metáfora, es sin lugar a dudas uno de los puntos fuertes dentro de sus puntos fijos, con la cual Víctor toma por sorpresa al lector y lo envuelve dentro de sus historias, haciendo casi imposible despegarse un momento de este libro.
Sea pues, mis sinceras y bien ponderadas felicitaciones para este hombre de letras de nuestra natal Sabaneta, que se ha convertido en los últimos tiempos en una cuna de escritores, mimados en la redentora Cuna de la Restauración.
Los convido, les exhorto, a que saquen una silla al patio y la acoren al seto, cuelen un café de pilón, y con cada sorbo, lean INSOMNIO, cuentos de punto fijo, de Víctor M. Peralta y en cada cuento, tendrán la oportunidad de navegar en un mundo de cotidianidad y sinonimia, contados por un verdadero cuentista (que valga la redundancia).
Hasta pronto, Dios querrá
Ricardo González Quiñones
Sabanetero