Los héroes de la patria, 150 dominicanos que estaban en el exilio, arribaron al país entre el 14 y 20 de junio de 1959, acompañados de 22 cubanos, 13 venezolanos, cinco puertorriqueños, dos estadounidenses, dos españoles y un guatemalteco.
Por: TELEMICRO PRENSA
Santo Domingo.- Este viernes se cumplen 65 años de la expedición de Constanza, Maimón y Estero Hondo, efectuada por un grupo de 198 hombres, en su mayoría dominicanos y jóvenes, que llegaron al país con el fin de derrocar al régimen de Rafael Leónidas Trujillo Molina, que tenía a la nación sumida bajo una dictadura por 29 años.
Los héroes de la patria, 150 dominicanos que estaban en el exilio, arribaron al país entre el 14 y 20 de junio de 1959, acompañados de 22 cubanos, 13 venezolanos, cinco puertorriqueños, dos estadounidenses, dos españoles y un guatemalteco.
Estos combatientes arribaron en el avión Curtiss C-46, bajo el liderazgo de Enrique Jiménez Moya y comandados por los pilotos, Julio César Rodríguez, de origen venezolano y por el cubano Orestes Acosta.
Según datos , el Curtiss C-46 fue comprado por 250,000 dólares y donado por los venezolanos. Una de las estrategias que se usaron para volar este avión fue cubrirlo con los distintivos de la Aviación Militar Dominicana para no ser descubiertos.
Tras llegar a suelo dominicano, los soldados se desplazaron hacia las zonas montañosas, en grupo de dos, uno dirigido por Jiménez Moya y el otro por el comandante cubano, Delio Gómez Ochoa. En el trayecto hacia las montañas, los militares fueron enfrentados por soldados.
En ese enfrentamiento, los expedicionarios fueron bombardeados durante dos días por la Fuerza Área Dominicana, de manera indiscriminada, según el relato del único sobreviviente de esta gesta, Gómez Ochoa, en una entrevista que concediera a un medio de comunicación.
El comandante Delio Gómez Ochoa explicó que la primera baja guerrillera se produjo cuando “el grupo guerrillero bajó hasta una pulpería a comprar comida y consiguieron algunas yautías, pero mientras las cocinaban apareció un grupo de soldados, se les dio el alto. Uno de los soldados hizo ademán de rendirse, pero disparó a Pedro Pablo Fernández en el vientre, lo atravesó por la columna vertebral”.
Continúa el relato de Gómez Ochoa de esta manera: “Al caer Pedro Pablo dispara el FAL (Fusil Automático Ligero), y murieron los dos soldados. Pedro Pablo estaba en muy malas condiciones, de repente extrajo su cuchillo y se lo clavó en la garganta, lo único que pudimos oír fue: ‘comandante me jodí’. Lo llevaron a un lugar próximo al camino, cavaron una fosa y lo sepultaron” relata el sobreviviente de la gesta.