Por: Luís Amílkar Gómez
Los artistas y músicos famosos tienen una cantidad enorme de periodistas, paparazzis y relacionadores públicos que se ocupan de que todo lo que hacen se dé a conocer.
Incluso, a nivel de Sabaneta cuando se habla de cantantes y músicos, rápidamente se mencionan gente como Fefita La Grande, Yanina Rosado, los hermanos Pimentel, los hermanos Leclerc, Frank Chem, Santos Jiménez, Kaki Sosa, Radhamés Gómez y otros.
Siempre ha habido cierto grado de discriminación hacia el músico ó cantante de «abajo», del barrio, de los pobres, del pueblo.
Por eso, casi nadie menciona nombres como Roberto Banks, Casimiro «No se Va», Fernando Toribio y muchos otros que se disluyen en el tiempo.
Hoy quiero escribir sobre un artista que nadie siquiera se ha molestado en ensuciar una sola cuartilla de papel.
Un cantor del pueblo.
Un verdadero músico empírico formado bajo un techo de cana y sobre un piso de cal y tierra.
Sin maestros.
Con una guitarra vieja que de tanto rasgar la emitía una melodía terriblemente desafinada.
Todos lo conocen como el hombre de El Pajón.
Su nombre es Julio Ángel Familia.
Nos encontramos en una actividad privada organizada por los sabaneteros Andrés Julio Hernández, Máximo Hernández y Zuleima Saint-Hilaire en la bella residencia del doctor José Bordas y su esposa Elsa Rodríguez, otra sabanetera de pura cepa.
El escenario lo constituían las hermosas montañas de Los Poconos, en el estado de Pensylvania.
Julio Ángel es un bachatero por más de 40 años y se inició en lo que era el Barrio Norte de Sabaneta y vivía cerca de Fefita La Grande.
Su éxito que lo catapultó a la fama fué el famoso Pajón que compuso cuando era muy joven, aunque ha escrito muchas otras canciones.
Relató que en una fiesta que daba en La Mata de Santa Cruz se le acercó un jovencito que le manifestó su interés de aprender a tocar la guitarra.
«En verdad», me dijo, «no le presté mucha atención».
Ese jovenzuelo es hoy el famoso Mayimbre Anthony Santos.
Se ha dado cuenta que la bachata que el cantaba antes era muy lenta.
Dice que alguna gente de nuestro pueblo despreciaba la bachata en ese entonces, porque la consideraban una música de «cueros y tígueres».
En la grabación de El Pajón mencionaba al locutor Rafael González (Collante), para lograr que éste le colocara el disco en el único programa que tocaba bachata en esa época.
Su voz sonó triste y apesadumbrada cuando me confesó que han pasado 15 años desde la última vez que estuvo en Sabaneta y en República Dominicana.
Vestido impecablemente como un gran artista, Julio Ángel nos complació a todos los presentes con un manojo de canciones románticas como solo puede hacerlo un cantante nacido en las mismas entrañas del pueblo.
Julio Ángel es un trovador incansable. Ama su oficio tanto que solamente se despegó de su guitarra Yamaha para comer.
El sigue siendo el Cantor del Barrio.
Un artista Sabanetero que ahora tiene quien le escriba.
El hombre de El Pajón.
Video ilustrativo: Youtube
Hermano Luis Amilkar Gómez, cada uno de sus reportajes y reseñas que provienen de su transparente pluma calan en lo más recondito. Julio Angel Familia era nuestro cantante barrial.
Cantaba desde que pisó tierra de Sabaneta procedente de San Juan
Gracias, Marcelo. Es un placer saludarte y tener la esperanza de que te encuentres totalmente recuperado.
Me place saber que mi disfuto padre; Rafael González Collante (EPD) hizo uso de su programa Radial en pro para que le Sr. Julio A. Familia ( Pajón ) llevara a su música a los oÃdos de tantas personas que escuchaban su programa, es bueno saber cos
Senor.Luis Amilkar.
Cada vez que leo uno de sus articulos,me convenzo de que
usted es en realidad un verdadero sabanetero,preocupado
por demas de que no se olviden las cosas maravillosas de nuestro pueblo.De las gente que ha luchado,de los que vie
hola mi gente me gustaria que la sindicatura y la governacion lograran pensionar algunos de nuestros artistas que en verdad nos han reprensentado, llevando su arte mas alla de nuestra frontera, y de esa forma darle un final feliz, ya que ellos no aco
Dr. González: hay dos locutores que son inolvidables en nuestro pueblo y ellos fueron su padre, Rafael González Collante, y don Félix RodrÃguez. Verdaderos profesionales que a pesar de que sus salarios eran muy bajos, jamás le pidieron un cent
Sr. Luis siempre a sus ordenes en lo que entienda que yo y mi familia entienda que podamos serle útil .. Le reitero mis mayores consideraciones a su persona y familia..