¡Arriba el glúteo! Este verano mira tu retaguardia
Por: Doctor Iván Mañero, cirujano plástico, estético y reconstructivo.
Las nalgas redondeadas y de tacto firme son una parte muy especial de la silueta, pues son propiedad exclusiva de los seres humanos.
De hecho, las adquirimos cuando nuestros antepasados dieron el gran “paso” y dejaron de desplazarse a cuatro patas para andar sobre dos piernas.
Desde tiempos remotos, las nalgas protuberantes, especialmente las femeninas, han sido consideradas una potente señal de atractivo sexual.
Para los griegos, por ejemplo, las nalgas eran una zona extraordinariamente hermosa, de hecho, el nombre completo de Afrodita hace referencia también a su trasero, así la fijación erótica por la zona donde se une espalda y piernas ha llegado hasta nuestros días.
La moda femenina lo sabe y por ello remarca su contorno. Y si pensamos que las tendencias actuales están dando un gran protagonismo al trasero con los minishorts que dejan al descubierto la incipiente curva de las nalgas o los vestidos anchos que se ciñen justo para marcar estas redondeces, pensemos en el polisón tan de moda durante la segunda mitad del siglo XIX y que consistía en una almohadilla colocada sobre el trasero con la intención de realzarlo hasta la exageración.
El trasero ideal
El trasero ideal en hombres y mujeres es muy distinto. Mientras que ellos buscan un glúteo musculoso, definido y con forma trapeciodal, léase Mario Casas, Brad Pitt o Andrés Velencoso (por citar algunos de los más famosos), ellas prefieren un trasero redondeado, algo respingón, de piel tersa y de curvas voluptuosas (¡que ojo!, no exageradas), es decir, del estilo de Beyoncé, Elsa Pataky, Eva Longoria o las archiconocidas posaderas de Kim Kardashian.
Aunque si echamos la vista atrás, otras famosas retaguardias como la de Sofía Loren o Elisabeth Taylor, ya marcaban tendencia en lo que se entendía por un trasero ideal.
No es de extrañar pues que el aumento de glúteos aparezca ahora entre las intervenciones de cirugía plástica en auge, siendo Brasil el país donde más operaciones de este tipo se realizan en el mundo.
Existen tres técnicas básicas que permiten aumentar el tamaño de los glúteos: con prótesis, con lipofilling (o una combinación de estas dos) y utilizando un material sintético (el ácido hialurónico es el único autorizado actualmente en España).
Los implantes de glúteos
En el caso de las prótesis, estas son muy parecidas a las que se utilizan habitualmente para realizar un aumento de mamas, por ejemplo.
Se pueden colocar encima, dentro o por debajo del músculo, aunque desde mi punto de vista es preferible ponerlas detrás del músculo, pues el resultado final es más natural y se evita otros inconvenientes, como por ejemplo, que la forma de la nalga acabe cayendo.
Solo en casos muy escogidos y en los que, además, se busque mucho volumen se podría introducir el implante por encima del músculo.
Además de un mayor volumen, con esta cirugía también se consigue remodelar, por ejemplo, unos glúteos muy planos, sin forma o una asimetría importante.
La cirugía se suele realizar con anestesia raquídea o general y dura apenas un par de horas. La incisión queda escondida en el surco del glúteo por lo que se hace imperceptible.
Cambiar la grasa de sitio
Se conoce como lipofilling o lipotransferencia y es una técnica quirúrgica que consiste en extraer grasa de una parte de nuestro cuerpo para transferirla a otra.
Por lo que podríamos definirlo como el autotrasplante del propio paciente de células de grasa de una parte del cuerpo donde cuesta mucho eliminarlas a otra parte donde se elimina con facilidad, en este caso, los glúteos (aunque puede usarse en casi cualquier parte del cuerpo).
Mediante una lipoescultura se extrae la grasa de otras zonas del cuerpo del paciente en donde haya cúmulos como en el abdomen, los muslos, los trocánteres, etc.
Esto, además de permitir conseguir la grasa necesaria para los glúteos, también consigue remodelar y armonizar el resto del contorno corporal.
La grasa conseguida, se purifica para eliminar impurezas y se enriquece antes de volver a inyectarla, esta vez en las nalgas.
Como el material utilizado para conseguir un mayor volumen de los glúteos es autólogo, es decir, del propio paciente, no existe posibilidad de rechazo ni alergias.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que existe la posibilidad de reabsorción parcial y aleatoria de la grasa infiltrada por lo que, a veces, es necesario repetir el proceso, aunque una vez prendida la grasa, los resultados son permanentes y están exentos de complicaciones tardías.
Si optamos por esta técnica, deberemos tener claro que el lipofilling puede mejorar el contorno del glúteo, darle una mayor proyección, conferirle una forma más bonita, pero no aumentarlo de una manera prominente o voluptuosa. Para ello necesitaremos implantes.
De hecho, lo más frecuente es combinar ambas técnicas: las prótesis y el lipofilling, cuando lo que buscamos es remodelar y otorgar un mayor volumen.
El Ácido Hialurónico
Al igual que con la grasa del propio paciente, el volumen conseguido con el ácido hialurónico es mucho menor que con las prótesis.
Este tratamiento implica, normalmente, anestesia local y los resultados no son permanentes, por lo que, si se desea mantener el volumen y/o la forma conseguida, se debe volver a repetir el tratamiento a los 12 o 18 meses.
La piel, una baza importante
En cualquier tratamiento de medicina estética o procedimiento de cirugía plástica, el estado de la piel es muy importante, pues es la “herramienta” principal con la que trabajan.
En el caso del aumento de glúteos, el paciente ideal es aquel que tenga una piel elástica y de buena calidad en las nalgas.
Y por ello debemos ser conscientes que la flacidez cutánea y la falta de tono muscular limitan los resultados.
Así, cuanto más avanzada es la edad a la que nos decidimos a someternos a esta cirugía, los resultados pueden ser más pobres.
Por ello, es importante mantener también la piel de esta zona bien hidratada, tanto en casa, como con tratamientos de medicina estética y en cabina (radiofrecuencia, endermologie, carboxiterapia, nutrición, etc.).
Doctor Iván Mañero, cirujano plástico, estético y reconstructivo. IM CLINIC Sant Cugat del Vallès (Barcelona).