Héctor Mayobanex Rodríguez Gómez, un talento tardío del béisbol, brilló brevemente en las ligas menores de EE.UU. antes de enfrentar adversidades que truncaron su prometedora carrera deportiva.
Por: Juan Pablo Bourdierd.
Sabaneta, Santiago Rodríguez, RD. Héctor Mayobanex Rodríguez Gómez, conocido entre los aficionados como “Mayobanex”, logró un destacado inicio en su carrera al firmar simultáneamente para Los Bravos de Atlanta y, para el béisbol invernal, El Escogido. Su arribo a Estados Unidos marcó el comienzo de una aventura que no olvidaría: “Cuando llegué, la liga llevaba cuatro meses en marcha. Jugué los últimos dos meses y realmente brillé en Clase A, logrando 14 jonrones”. Su contrato fue obra de Pedro González – excapitán de los tigres del Licey, quien le dio 2500 dólares por su firma.
Sin embargo, no todo fue triunfo para Mayobanex; también enfrentó obstáculos, como el incidente de su pasaporte: “La mala suerte me acompañó, se me quedó el pasaporte donde dormía, y este era un machete, me dejaron jugar, terminar la temporada y me enviaron a casa” Pese a estos contratiempos, su espíritu nunca flaqueó.
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Regresando a República Dominicana después de una temporada en EE.UU., recibió noticias desalentadoras: “A los 15 días de llegar, me llegó la carta de relee porque me habían firmado muy tarde, a los 25 años, aunque había comenzado a jugar amateur a los 14 años. La firma tardía complicó mi trayectoria profesional.” Su carrera sufrió un revés definitivo durante un entrenamiento con el Escogido: “Di un batazo entre dos y al llegar a segunda base, se me dobló un tobillo. Esa lesión me sacó del juego profesional, y aunque recibí mucho apoyo de mis compañeros y del equipo, nunca pude volver al béisbol mayor.”
A pesar de retirarse prematuramente del béisbol de alto nivel, Mayobanex encontró consuelo y continuó su pasión en la Liga de Verano del Cibao. También se dedicó a transmitir su experiencia y conocimientos a las nuevas generaciones, como Tony Peña, un joven prometedor de Palo Verde, Montecristi. “Varias ocasiones fui a buscar a Tony a su casa en su motor 70. El mostraba un gran deseo de superación y disciplina”, recordó Mayobanex con orgullo.
La historia de Héctor Mayobanex es un testimonio de resiliencia y adaptación, un relato de triunfos y desafíos que resuena entre las promesas y realidades del béisbol profesional.
