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Una lección que aprender


Por Robert Núñez Cabrera
Le comentaba a Pedro Espinal, destacado Santiagorrodriguenses y empresario de Mao, lo difícil que es encontrar ciudadanos serios y progresistas que triunfen. Esas cualidades son obstáculo para los emprendedores, las malas prácticas y la corrupción dificultan el éxito a quienes poseen esas virtudes.

Pedro, presidente de la Cámara de Comercio y Producción de Valverde, es un ejemplo para quienes en nuestra querida Sabaneta pretenden exigir la serie 46 como prerrequisito indispensable a los que pretenden ocupar cualquier posición en la provincia, éste Sabanetero ocupa esa importante posición en Mao, lo que habla muy bien de los Maeños y nos da una señal del por qué han logrado progresar como lo han hecho. No importa quién los haga, lo que importa es que se haga. 

 

Como la flor del loto, de este lodazal que nos ha tocado vivir, emergen ciudadanos que trabajando con honestidad se convierten en aliciente para los que nunca han perdido la esperanza de que haciéndolo bien se puede triunfar. Ser serio y progresista se logra cuando la inocencia no es expuesta a contaminaciones exógenas y se reciben, desde la niñez las enseñanzas, verbales y conductuales de padres o tutores decididos a formar ciudadanos con valores y principios.

 

«De tal palo, tal astilla» Una expresión española de hoy hace referencia a la similitud entre padres e hijos, a la herencia genética .Utilizando esa metáfora, se podría considerar que los padres son el palo y los hijos la astilla, y vendría a ser algo así como que tal y como son los padres, así serán los hijos. De una familia honrada y trabajadora salen ciudadanos consagrados, de una familia deshonesta los retoños son también perversos, con sus excepciones como es natural.

 

Decía Confucio: «Si el príncipe utiliza las rentas públicas para aumentar su riqueza personal, el pueblo imitará este ejemplo y dará rienda suelta a sus más perversas inclinaciones; si, por el contrario, el príncipe utiliza las rentas públicas para el bien del pueblo, éste se le mostrará sumiso y se mantendrá en orden«.
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