Por: Robert Núñez
El libro de Angelita Trujillo ha causado revuelo en el país, no lo he leído y no pienso hacerlo porque algo que escriba esa señora (lo de señora es por la edad) carece de credulidad y no voy hacerle el juego a los editores del mismo que se aprovechan y publican cualquier estupidez con tal de ganarse algún dinero.
Pero por lo que se ha dicho del libro, sinceramente creo que esa señora da muestras de ser una buena hija de…su padre.
No importa los miles de dominicanos asesinados por sicarios de ese régimen, ni las viudas, ni los huérfanos, ni los familiares de estos muertos y torturados, ni que muchos padres por temor tenían que entregar sus hijas para ser abusadas por éste enfermo sexual, ni que los títulos de propiedad solo tuvieran valor si al dictador no le interesaba esas propiedades, no, su cariño por su padre no le ha permitido enterarse de todas estas barbaridades..
Pero tampoco parece haberle importado que su padre la pervirtió, la prostituyó al igual que a sus hermanos, que los descendientes de ese déspota no han servido para nada, que después de su muerte salieron del país y continuaron dañando la imagen de los dominicanos y que todavía hoy, en el 2010, tenemos que soportar la burla de verla, a esa buena hija de… Trujillo, escribir un libelo para ensuciar la memoria histórica del pueblos dominicano. Que familia tan tremenda, cuanta iniquidad, cuanta poca vergüenza, cuanta desfachatez, que buena hija de… su padre. De tal palo, tal astilla.
