Por: Marcelo PeraltaSANTIAGO RODRIGUEZ, R.D. La provincia Santiago Rodríguez, ubicada en el Noroeste del país conserva y mantiene su cultura y tradición.
Con la venta de productos comestibles en las calles, en rudimentarias mesas fuera y dentro del mercado.
En estos negocios se venden, las carnes fritas, las crudas, jóvenes que desde adolescentes se dedican a limpiar zapatos a los parroquianos como es el caso de Félix Rodríguez, de Manuel Rodríguez, los chicharrones vendidos por Neno Bonilla.
Sobre Félix Rodríguez, desde jovencito lustra zapatos a los coterráneos y Manuel Rodríguez dejó de ser cobrador de guaguas de pasajeros para hacer este tipo de oficio.
El Monchao Carrasco, es otro ícono que desde el poblado de San José se trasladó al municipio de San Ignacio de Sabaneta donde era chofer de transporte de pasajeros hacia Santiago y Mao.
Abandonó la labor de chofer de carros para dedicarse a la venta de casabe con maní en la terminal de autobuses en la esquina que forman la avenida Próceres de la Restauración y Libertad.
Tanto el hombre como el Universo, que es el mundo donde vivimos, es todo un panorama exterior que nos rodea, es el Sol, es el aire, son los trinos de las golondrinas que están afuera, somos nosotros mismos, el pasado, el presente, el futuro.
El hombre se traza metas y propósitos y a la vez es un enigma cercano al Universo.
Hoy día, muchos de los negocios existentes en Santiago Rodríguez no están bajo el control de sus iniciadores, porque muchos ya han fallecidos, sino que son sus hijos y nietos que los administran.
Como ya es tradición, para comprar verduras, tubérculos, plátanos, yuca, arroz, habichuelas, vegetales y otros hay que entrar al centro del mercado, donde están las pulperías y las mujeres vendiendo en las mesas.
Alrededor del centro de acopio, hay establecimientos comerciales que venden los diversos artículos, donde el transeúnte tiene opciones.
Actualmente, el hombre y pueblos tiene formas de realizar operaciones distintas, no solamente lo que se ve, sino eso que está dentro de cada ser, lo que habita, lo que se pregunta cosas y lo que a veces se contesta cosas.
Lo que se ve, del rostro, las células epiteliales, siempre nuestro cabello, la ropa, las gafas y las vestimentas que usamos cada día.
Los seres humanos, gozan con el aspecto de las estrellas, a la naturaleza y con este panorama universal, se preguntan de dónde viene y adónde va; ya que el Universo está en marcha, va hacia alguna parte, tiene un sentido, un porqué y un cómo.
Sin embargo, a veces se rechazan algunas costumbres y tradiciones, que en cierta forma tienen relación con la parte religiosa, con la fe o con la mística, pero en ocasiones solemos materializar mucho los conceptos.
En resumen, la naturaleza en general es dogmática, basados en los principios científicos.
Todo el Universo está en marcha, los seres vivos también lo están, todo va hacia alguna parte, tiene su camino individual imbricado en el gran y total camino.
Hay una ley de causa, efecto, de retorno cíclico y, por ende el hombre dispone de una ingénita libertad, donde se puede errar, equivocar, fallar, acertar, aunque hay un límite general para movernos, pero dentro del mismo límite avanza o se queda estático.
