Por. Pascual Ortiz.
Para los cristianos(as) la resurrección de Jesús, es la concreción de la manifestación mas grande del amor de Dios para la humanidad. El resucitado, hoy domingo de resurrección, tiene las llagas fresca pero ya glorioso, victorioso frente al pecado, la esclavitud y la muerte.
Sabemos que Jesús, se manifestó en la resurrección y seremos semejante a el. El Hijo de Dios se ha revelado para deshacer las obras del Diablo. Por ello todo el que permanece en el, no peca. Y no puede pecar porque ha nacido de Dios (1 Jn 3,14). Ahora con mayor esperanza creemos en «los cielos nuevos y la tierra nueva». Ya no hay ninguna razón para vivir en tiniebla, ni sin alegría nuestras luchas, nuestra esperanza ya depende de nuestras respuestas. “Ustedes serán mis testigos» (Lc 24, 44-49).
En Jesús, Dios nos ofrece una liberación total, nuestra propia resurrección. Y testigo de su resurrección hoy, en esta época en la que el pueblo busca su redención, perdón, justicia, desarrollo comunitario somos convocados a luchar y compartir con los pobres nuestra solidaridad combativa que nos hace libre, para liberar la humanidad y destruir con Jesús, las cruces opresoras.
Por los caminos de nuestra Sabaneta, a pesar de los fracasos en nuestras luchas cotidiana, a pesar de no tener agua potable, de no tener carretera, de no poder transitar por los caminos de nuestras comunidades campesinas, sin atención medica adecuada, sin trabajo, sin medios para comercializar los productos que elaboramos y producimos, a pesar de los políticos y sus promesas incumplidas, creemos que es posible conquistar la esperanza de vivir con dignidad y decoro. PORQUE A PESAR DE TODOS, POR LOS CAMINOS DE NUESTRA SABANETA, JESUS, EL CRUCIFICADO, HA RESUCITADO.
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