Licey destroza a las Águilas: una paliza histórica de 27 hits y 25 carreras

El Licey hizo historia en el béisbol dominicano al derrotar a las Águilas Cibaeñas con una paliza de 25 carreras a 3, respaldada por 27 imparables, en un partido que rompió récords y desató euforia entre los fanáticos azules.

Por: Juan Pablo Bourdierd.

Santo Domingo, RD. ¡Un auténtico apocalipsis beisbolístico cayó sobre el Estadio Quisqueya Juan Marichal! El pasado martes, los Tigres del Licey no solo derrotaron a las Águilas Cibaeñas, sino que las destrozaron con una actuación que parece salida de un videojuego mal configurado: 27 hits y 25 carreras contra las apenas 3 carreras de los aguiluchos.

Para los fanáticos de las Águilas, este resultado es tan doloroso que, a partir de ahora, mencionar “bola” o “strike” en una reunión podría considerarse un acto de crueldad. ¡Ni los memes pudieron contenerse! Las redes sociales explotaron con chistes que incluían desde caballos azules galopando sin freno hasta teorías de conspiración sobre un posible ataque alienígena disfrazado de “peloteros liceístas”.

Una carrera sin freno

Lo del Licey fue un hipódromo. Los caballos azules no se limitaron a correr; galoparon, trotaron y hasta hicieron piruetas. Desde el primer inning, la ofensiva del equipo capitalino comenzó a dar palos como si los bates vinieran con turbo incorporado. Mientras tanto, los aguiluchos parecían atrapados en arenas movedizas: ni los pitchers ni los jardineros lograban detener el tsunami azul.

“Esto es una masacre deportiva”, comentó Franklin Mirabal, la voz más electrizante del Licey, quien no paró de narrar la gesta con la pasión de alguien que acaba de descubrir el éxtasis beisbolístico.

La marca azul: nuevo récord

Con esta victoria, el Licey rompió la marca histórica de 24 carreras impuesta por los Leones del Escogido en 1957. “No solo hicimos historia; escribimos un libro entero”, expresó Mirabal, quien celebró el triunfo como si hubiese ganado la Serie Mundial.

Del lado de las Águilas, el silencio era ensordecedor. Algunos jugadores aguiluchos admitieron que, en el último inning, llegaron a pedirle a la tierra que se los tragara. “Esto no es una derrota; es una humillación intergaláctica”, comentaron fanáticos afectado afectados por los golpes, mientras otro bromeaba con pedir asilo en Marte.

Rivalidad eterna

Este juego renueva la chispa de la eterna rivalidad entre las Águilas y el Licey. Para los azules, la victoria es un motivo de gozo que durará décadas. Para los aguiluchos, es un recordatorio doloroso de que, en el béisbol, también existen días negros (o mejor dicho, azules).

Los tigres celebraron con tal euforia que los memes no se hicieron esperar. Desde “Se buscan jardineros desaparecidos” hasta “Águilas en rebajas: 3×27”. Mientras tanto, los aguiluchos solo esperan que el calendario pase rápido para la revancha.

Reflexiones finales

No importa si eres azul o amarillo; este juego pasó a la historia como una de las más grandes palizas del béisbol dominicano. Mientras los liceístas celebran y los aguiluchos intentan olvidar, queda claro que, en el béisbol, todo puede pasar… incluso un marcador de videojuego en la vida real.