Por: Hungría Vásquez Hernández.
Como dicen por ahí, todas las despedidas son tristes, pero hay que hacerlas, y eso es cierto, porque se le hace una despedida a un familiar que va a viajar sin saber cuándo será su regreso.
Hay algunos viajes que se realizan a diario por distintas personas del globo terráqueo, detrás de sueños de desarrollo y progreso; en las despedidas no se puede evitar que el llanto y las lágrimas se hagan presentes a raudales y sin embargo, estos constituyen un mal necesario para todos los seres humanos.
Hacemos este preámbulo para ponderar la despedida que le hicieron a ese que siempre fue un muchacho grande, que actuaba como un niño inocente y quien en vida se llamó Juan Lanfranco, un cantautor exquisito, ido a destiempo; él no fue un artista malicioso, nosotros fuimos de los que le acompañamos en momentos difíciles y como testigo está su señora esposa hoy viuda Lanfranco, que cuando me necesitaban, estuve allí, como si fuera nuestro propio hijo.
Y por eso es que a la distancia nos referimos a la despedida en especial, cuando se trata de un ser querido sabiendo que se va para siempre sin poder volverlo ver, y precisamente por eso desde aquí nos imaginamos el momento de dar aquel adiós a ese cotuisano neto, como lo fue Juan Lanfranco, que con orgullo decía “ése es mi pueblo, en donde nací, gracias a Dios, me críe y aprendí a cantar”.
Créanme hermanos cotuisanos, en especial la familia de Juan, que el solo pensar en cuando se deja el ataúd con los restos en el Campo Santo -el cementerio-, eso lo que estoy plasmando con los ojos llenos de lágrimas y dolor profundo al recordar cuando, en los años 60’s iba donde mi a la Fortaleza Palo Hincado de Cotuí, a llevarme la comida cuando estábamos de servicio, cosa que quizás no lo sabían sus familiares, para él eso era un orgullo manifestarlo públicamente en las actividades que nosotros lo contratábamos y como invitado especial.
Imagínense señores lectores, escuchar a Juan Lanfranco cantar canciones de mi autoría especialmente La moneda, que le puso la melodía y el arreglo para que la cantara ese gran artista Fausto Rey y otras más que no llegamos a ponernos de acuerdo; esto que aquí decimos no es un invento: varias personas lo conocieron personalmente en actividades nuestras.
En otra ocasión daremos a conocer varias anécdotas, por esta misma vía y personalmente, porque en mi familia en momentos hubo celos con ese hijo postizo, como precisamente el propio se hacía llamar; siempre recordaremos a ese gran ser humano jamás perfecto, pero Juan Lanfranco era maravillosa persona aparte de ser un excelente artista.
Que descanse en la paz del Señor, en la gloria celestial, juntos los ángeles y…punto
Noviembre 14, 2018.
