Por Marcelo Peralta
Esperanza, Valverde, R.D.- Esperanza, fe y la caridad son las tres virtudes teologales.
Esperanza, es la palabra usada por millares de personas que esperan algún beneficio.
Esperanza aporto durante décadas millones de pesos y dólares a la economía dominicana.
Es el nombre real del municipio en la provincia Valverde.
Era el nombre con se bautizara el otrora ingenio para fabricar azúcar de caña.
Esperanza es un municipio geográficamente que corresponde a la provincia Valverde, en el Noroeste del país.
Millones de pesos y dólares produjo al Producto Interno Bruto de la República Dominicana.
Cientos de hectáreas altamente fértiles fueron incorporadas al cultivo de caña.
Sus cogollos y despojos eran utilizados en tiempos de sequía para alimentar al ganado en el Noroeste.
Esas tierras en épocas mostraban su verdor que hacían perder la vista a los lejos de los transeúntes.
El cultivo de caña y su procesamiento, además del dinero que generaba al fisco, aportaba manos de obra.
De la siembra, producción, corte, procesamiento y consumo se beneficiaban dominicanos y haitianos.
Directos e indirectos eran millares las personas que tenían el sustento asegurado.
El comercio creció, el transporte vehicular se fortaleció y la población habitacional aumento.
El ingenio Esperanza floreció económica y bonanzas a millares de personas en el Noroeste.
Durante su vida útil, mejoro las condiciones sociales y económicas a centenares de hombres y mujeres.
A pesar de tantos beneficios y desarrollo, esas fuentes de trabajo y bonanzas se desvanecieron.
Con el cierre del ingenio se fueron las esperanzas, las fuentes de ingreso, apareció la vagancia, vino la emigración y la pobreza.
Hoy, solo queda impotente y erosionándose la chimenea por donde humeaban las maquinarias productoras de azúcares.
Este conducto, a pesar del olvido se mantiene firme, recordando a muchos sus aportes, aunque abandonado y desnudándose por el descuido.
