Cuando la muerte sorprendió a mi vecino Papa Durán

Por Ricardo González Quiñones
Muy de mañana, el jueves 23 de abril, me llamó mi hermana para darme la triste y dolorosa noticia. Papa Durán unos de los pocos estandartes que quedaban de aquel soñado PLD de nuestra prístina Sabaneta, había sucumbido a un ataque al corazón.

Mi achacosa me memoria me hizo recordar cuando mi familia llegó desde La Joya a la calle San Ignacio. Era nuestro vecino del lado este, teníamos además a doña Anita y doña Naná al frente, debajo, al oeste, Bertilio y su pequeña fábrica de blocks y a derredor, doña Blanca, doña Águeda, Pello Lora, Pedrito y otros excelentes vecinos.

Papa Duran (17-04-2011) en Zumba FM

Papa Durán, un hombre honrado a carta cabal, político acucioso, conocedor de la idiosincrasia de los hombres sabaneteros. Era un Boschista de capa y espada. Ayudaba al prójimo sin esperar recompensas, solidario, tenaz, estudioso, astuto y conciliador.

Sorprendentemente, no sonaron las campanas en la iglesia, no aprecié esos nuevos «políticos» del PLD reverenciando y despidiendo al que lo dio todo para que estos apócrifos estén lamiendo las mieles del poder, su ataúd no estaba envuelto en la enseña tricolor, no estuvo la prensa de Sabaneta, incluyendo ésta Papanín. Se nos están yendo los políticos serios.

Hoy, dentro de la inverosímil realidad sabanetera, no se a quien o quienes referirme para pedirles que dentro del marco del ordenamiento urbano, si es que lo tienen, se tome en cuenta este munícipe de arraigados principios básicos y se rotule con su nombre una calle de nuestra Sabaneta abandonada a la suerte de insensibles.

Amigo, vecino, compueblano y hombre de bien, Papa Durán, algún día este pueblo comenzará a despertar y poner en práctica todo ese arsenal de conocimientos que en algún momento predicaste. ¡Hasta la Victoria Siempre, amigo!
Hasta pronto, Dios querrá

Ricardo González Quiñones
Sabanetero