Por: Anelkis Martes de Guzmán
San Ignacio de Sabaneta, Santiago Rodriguez, RD. -Anelkis Marte Nací el 16 de Junio del año 1986 en la ciudad de Santo Domingo, pero crecí en la provincia Santiago Rodríguez de donde realmente son mis raíces. CLUB DE ESCRITORES DE SANTIAGO RODRIGUEZ
Amor doblemente enfermizo
Las cosas no tenían porqué terminar así, todo este ambiente parece ahora tan fúnebre, tan lúgubre, tan triste, tan gris. Pero todo esto pudo haberse evitado, todo este dolor, toda esta incertidumbre y culpabilidad a la vez.
Si tan solo esos muchachos no se hubieran dejado llevar por ese aciago amor, por esa ignorancia. Desde que Lupe conoció a Roberto en el mercado quedó completamente enamorada de él, igual que él de ella, pero todo fue tan estúpido, tan rápido. Ella al igual que todos en el pueblo sabían que él estaba desahuciado, que esa enfermedad lo arrastraría de la misma manera y como ya ha culminado con la mayor parte de los que aquí vivían, porque es que esa enfermedad no había dejado a nadie vivo y nunca le han encontrado la cura.
Esa tarde Lupe fue acompañada de la señora Rodríguez al mercado a comprar todo lo necesario para la vela de Don Octavio y tuvo que dirigirse precisamente a donde él a comprar los víveres, habiendo tantos lugares más. De ahí dizque se quedaron fijamente mirándose uno al otro y pasó Cupido.
Lupe en ningún momento negó que no estaba enamorada de él, porque ese día en la tarde ella me lo confesó y yo se lo advertí, y el mismísimo Dios sabe que no estoy mintiendo, que yo sí le dije a ella que tuviera mucho cuidado de enamorarse de José López, porque al único lugar que él podría llevarla sería a la tumba, pero ella solo sonrió y no me hizo caso. Esa muchacha siempre fue tan desobediente y a la vez carismática, que yo ya no sé si sentir cargo de conciencia o sentirme orgullosa de ella. Desde pequeña fue así. Además a la señora Rodríguez también se lo dijeron, que no dejara que esa muchacha siguiera viéndose con él, intentó separarlos y no funcionó.
Él se la llevó a la tumba, y ahora la estoy viendo aquí, en su ataúd, dormida, muerta. Pero hasta yo puedo reírme de eso, sí, reírme, pues mirándola bien, con su pelo todo alborotado, ese vestido rosa tan bien planchado y ese anillo de compromiso… sé que donde sea que su alma esté ella ha de estar contenta, esperándolo.
Hermosisima narracion, que te llena el alma de pena y nostalgia, anelkis es una de las mas talentosas escritoras que he leido, su habilidad de desplazarte por los lugares de sus personajes es increible, gracias por escribir de un amor moderno tan pro