A 56 años de la llegada de la dignidad

Por Ricardo González Quiñones
Erase un encuentro con su patria, corroída por nefasta dictadura. En el trono, el ladrón, violador, asesino y corruptor más grande que haya parido país alguno. Le decían Chapita, El Chivo y hasta El Jefe. Para entonces, 29 años no habían sido suficientes para que este monstruo de cuatro patas saciara su sed de sangre.

Los nuestros, en su lucha quijotesca, con un pueblo con vendas en los ojos y dádivas en las manos, «llegaron llenos de patriotismo, enamorados de un puro ideal«. Y todo para liberarnos de esos cavernarios que creyeron que el país y sus gentes, eran de su propiedad. Llenaron el país de dignidad por todos los rincones cuando el domingo 14 y el sábado 20 de junio del año 1959 pisaron en la tierra de Duarte, Sánchez, Mella y Santiago Rodríguez Massagó.

Hoy 56 años más tarde, no tenemos en nuestro pueblo una sola autoridad que les haya preparado en acto en conmemoración a estos héroes pertenecientes a la Raza Inmortal. El miedo a que los cancelen o a que no voten por ellos en los siguientes engaños, es notorio.

Cuánto cuesta, señores autoridades, tocar las gloriosas notas de nuestro Himno Nacional, nombrar a los cinco que cayeron en nuestra tierra sabanetera y oficiarle una misa en la iglesia San Ignacio de Loyola. Díganmelo, pásenme la cuenta, yo lo voy a pagar. Entiendan, dieron sus vidas para que ustedes puedan vivir de manera decente.

Ay! Amín, Francisco, José Marte, Polón, estas gentes creen que todo es para siempre.

Hasta pronto, Dios querrá

Ricardo González Quiñones

Sabanetero