Singapur endurece penas contra venta de vapeadores con etomidato
Por: Juan Pablo Bourdierd.
Bangkok. A partir del 1 de septiembre, Singapur impondrá sanciones más estrictas contra la distribución de vapeadores con etomidato, un anestésico de acción rápida que se ha comenzado a utilizar de manera indebida en el país.
Las nuevas disposiciones contemplan hasta 20 años de cárcel y 15 azotes para quienes se dediquen a importar estos dispositivos, mientras que los vendedores podrían enfrentar hasta 10 años de prisión y cinco golpes de vara. Se trata de un endurecimiento radical frente a las penas actuales, que no superaban los dos años de cárcel y no incluían castigos corporales.
El ministro de Salud, Ong Ye Kung, explicó que estos cigarrillos electrónicos han pasado de ser percibidos como una alternativa “menos dañina” al tabaco, a convertirse en una puerta de entrada al consumo de drogas. La sustancia, también conocida como kpod, ha generado preocupación entre organismos internacionales como la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc), que en marzo alertó acerca de la expansión de esta sustancia en Europa del Este y el Sudeste Asiático.
En enero, las autoridades singapurenses ya habían desarticulado una red vinculada al tráfico de vapeadores con etomidato, lo que precipitó la decisión de reforzar la legislación.
Medidas complementarias
Además de la persecución legal, el gobierno instalará contenedores en distintos puntos del país para que los usuarios puedan entregar voluntariamente sus dispositivos antes de que entren en vigor las sanciones más duras.
Quienes sean sorprendidos consumiendo estos vapeadores —en su mayoría jóvenes menores de 30 años— deberán asistir a programas de rehabilitación y pagar multas de entre 500 y 700 dólares singapurenses (aproximadamente entre 334 y 544 euros). Si reinciden o incumplen con la rehabilitación, se enfrentarán a penas de hasta dos años de cárcel.
Contexto regional
El uso de cigarrillos electrónicos está prohibido en Singapur desde 2018, con multas de hasta 2,000 dólares singapurenses para quienes posean o consuman estos dispositivos. Con esta reforma, el país asiático pretende situarse a la vanguardia en la lucha contra el vapeo, en sintonía con medidas adoptadas por países como el Reino Unido, que en junio prohibió la venta de vapeadores desechables con el objetivo de limitar su acceso a menores de edad y reducir los desechos que generan.
