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¿Eres dueño de tu destino en Semana Santa?

Lo de HOY

Por: Pascual Ortíz
El próximo lunes, se inicia la Semana Santa, días oportuno para tener un espacio de evaluación personal, de pareja, familiar, vecinal, comunitaria, laboral, social y política partidaria. Muchos frentes son los que marcan nuestra vida. Saber responder a ese vendaval de acciones, sin perder la ruta de la vida, no es tarea fácil.

La Semana Santa comienza con el domingo de Ramos y termina el Domingo de Pascua. Estamos todos/as invitados/as a participar de: Vía Crucis, rezar el Rosario frente a la Virgen Dolorosa. Rezar oración en familia, en voz alta frente a la Virgen para consolarla. Y otras actividades espirituales que se proponen vivir en este tiempo litúrgico, llamado especial a tener un corazón misericordioso, como la Misericordia Divina de Jesús y María.

Es oportuno que nos atrevamos a mirar la ruta que lleva nuestra vida. ¿Hacia dónde nos dirigimos? ¿Es el camino correcto, el que estamos trillando? ¿Nuestras acciones, solidifican nuestra relación de pareja, permitiendo que la convivencia familiar; sea llevadera, espacios de felicidad? ¿El trabajo que realizamos nos dignifica, o somos esclavo de un favoritismo que nos pone en contra del otro/a? ¿Es la sociedad que vivimos, justa, injusta; se encamina hacia un fin de derechos colectivo o individual?

Confieso que son muchas mas las preguntas que nos mueven a la reflexión. La Semana Santa, para los cristianos/as, es un tiempo privilegiado para tener un reencuentro con Jesús histórico. Desgarrado por el sufrimiento que vivía su pueblo. Cuestionado por querer cambiar su sociedad, no aceptaba ser parte de una sociedad excluyente, puritana, desvinculada con la realidad terrenal y empeñada en dividir al Dios de la vida y cercano a su pueblo; como lejano y evidente solo a través de ellos (Sacerdotes, escribas, fariseos) representado en la tradiciones emanada del templo, centro de manipulación de imperio romano y espiritual.

La lucha por brillar con el mejor espejuelito convierte la Semana Santa, en tiempo de huida, lujuria, derroche, esparcimiento desenfreno, taberna de cuerpo desnudo templo para el mejor postor. Donde los medios de comunicación se las lucen con sus ofertas. Si con sus ofertas, porque en sus mayorías pertenecen a los dueños de empresas. Su eficiencia está en promover el consumo hasta que quede una gota monetaria en los bolsillos de los seducidos consumidores. Circo y fiesta, la mejor forma de manipular y des-humanizar el mundo.

Sin embargo, es posible tener mejores resultados en la Semana Santa. Si la apatía, el descreimiento en lo religioso lo atormenta, busque espacios donde pueda ser usted el dueño de la ruta. No se deje seducir por las ofertas al consumo y la huida de la realidad. Más bien, sea dueño de su destino en Semana Santa.

Te invito a tener un encuentro cercano con Jesús, en esta Semana Santa. Lee con detenimiento el “Sermón de las Siete Palabras.” Te sugiero que comience el domingo de Ramos y lee una Palabra cada día. Medita, profundiza lo que te dice a ti. Si lo hace, seguro que podrá resucitar con Jesús el Domingo de Resurrección.

La Primera Palabra; «Padre: Perdónalos porque no saben lo que hacen». (San Lucas 23, 24)

Segunda Palabra; «Yo te aseguro: Hoy estarás conmigo en el paraíso». (San Lucas 23,43)

Tercera Palabra; «Mujer, ahí tienes a tu hijo. Ahí tienes a tu Madre». (San Juan 19, 26-27)

Cuarta Palabra; «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» (San Marcos 15, 34)

Quinta Palabra; «¡Tengo sed!» (San Juan 19, 28)

Sexta Palabra; «Todo está consumado». (San Juan 19, 30)

Séptima Palabra; «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu». (San Lucas 23, 46)

SIETE CONSEJO DEL PAPA FRANCISCO PARA VIVIR LA MISERICORADIA, EN ESTE TIEMPO…
1) Escuchar la Palabra de Dios y participar en la iniciativa ’24 horas para el Señor’: Con esta invitación, Francisco propone “hacer hincapié en la primacía de la escucha orante de la Palabra, especialmente de la palabra profética. La misericordia de Dios, en efecto, es un anuncio al mundo: pero cada cristiano está llamado a experimentar en primera persona ese anuncio”. Se celebra el 4-5 de marzo.

2) Acercarse a un misionero de la Misericordia: son más de 1.000 los sacerdotes de todo el mundo que Francisco ha enviado hoy, Miércoles de Ceniza “a fin de que sean para todos un signo concreto de la cercanía y del perdón de Dios”. Y es que durante este Año Santo, todas las personas que lo deseen podrán acercarse a un misionero de la Misericordia, acreditados para perdonar los pecados habitualmente reservados a la Santa Sede.

3) Profundizar en el origen bíblico de la misericordia. “El misterio de la misericordia divina se revela a lo largo de la historia de la alianza entre Dios y su pueblo Israel”. Por ello, y a través de la lectura del Antiguo y Nuevo Testamento, el Papa anima a recorrer la Sagrada Escritura en clave de misericordia, desde Abraham, Isaac y Jacob hasta Jesús de Nazaret: “La misericordia expresa el comportamiento de Dios hacia el pecador, ofreciéndole una ulterior posibilidad para examinarse, convertirse y creer, restableciendo de ese modo la relación con él. Y, en Jesús crucificado, Dios quiere alcanzar al pecador incluso en su lejanía más extrema, justamente allí donde se perdió y se alejó de Él”.

4) Conocer las obras de misericordia. Son siete corporales (dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, dar posada al peregrino, visitar los enfermos, redimir a los cautivos y sepultar a los difuntos) y siete espirituales (enseñar al ignorante, dar buen consejo al que lo necesita, corregir a los pecadores, tener paciencia en las tribulaciones, perdonar con gusto las ofensas, consolar a los afligidos y orar por los vivos y los difuntos). “Las obras de misericordia nos recuerdan que nuestra fe se traduce en gestos concretos y cotidianos, destinados a ayudar a nuestro prójimo en el cuerpo y en el espíritu”.

[PLIEGO: Las obras de misericordia: visitar y cuidar a los enfermos]
5) Ponerlas en práctica. Las obras de misericordia nos ayudarán, según el Papa, “a despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina”. Por ello, Francisco nos invita en esta Cuaresma “a tocar la carne de Cristo en los hermanos y hermanas que necesitan ser nutridos, vestidos, alojados, visitados; además de a enseñar, aconsejar, perdonar, amonestar, rezar”.

6) Tomar a María como ejemplo de misericordia: “La Virgen fue la primera que, frente a la grandeza de la misericordia divina que recibió gratuitamente, confesó su propia pequeñez, reconociéndose como la humilde esclava del Señor”, recuerda Francisco.

7) Y por último, pero no menos importante, convertirnos. “Solo en el amor de Dios está la respuesta a la sed de felicidad y de amor infinitos del hombre”. Cuarenta días por delante para emprender el camino de vuelta hasta el corazón misericordioso del Padre.

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