Cosechamos lo que sembramos

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“No se nace joven, hay que adquirir la juventud, y sin un ideal, no se adquiere”. El Hombre Mediocre, José Ingenieros.


Por Astacio Castro

Nueva vez celebramos el Día Nacional de la Juventud, nos llega en medio  de muchas preguntas y muy pocas respuestas.

¿Qué es ser joven? ¿Quién es el joven? ¿Qué tipo de joven tenemos hoy? ¿Qué hace el Estado y quienes lo gobiernan por los jóvenes?  ¿Qué hacen los «lideres» de nuestro país por la juventud?  Y tal vez la pregunta más incomoda porque nos compete directamente a todos, ¿qué hago yo por la juventud de mi país, mi pueblo,  mi barrio o hasta de mi casa?  ¿Qué hago?  Sin lugar a equivocarme, aunque digamos que mucho, en el fondo, en nuestra conciencia sabemos que se hace muy poco o nada.

 

José Ingenieros, médico, filósofo, sociólogo, escritor, etc… Italo – argentino define en “Fuerzas Morales” la juventud como: “La que aduna el entusiasmo por el estudio y la energía para la acción, que se funden en el gozo de vivir. El joven que piensa y trabaja es optimista; acera su corazón a la vez que eleva su entendimiento. No conoce el odio ni le atormenta la envidia. Cosecha las flores de su jardín y admira las del ajeno. Se siente dichoso entre la dicha de los demás. Ríe, canta y juega, ama…” y agrega: “Sólo sus ojos pueden mirar hacia el amanecer, sin remordimiento. Es privilegio de sus manos esparcir semillas fecundas en surcos vírgenes, como si la historia comenzara en el preciso momento en que forjan sus ensueños”, continua este genio de la personalidad “La misión del Joven es renovar el mundo moral y en ellos ponen sus esperanzas los pueblos que anhelan ensanchar los cimientos de la justicia. Libres de dogmatismos, pensando en una humanidad mejor, pueden aumentar la parte de felicidad común y disminuir el lote de comunes sufrimientos”.

  

Es realmente impresionante la definición que hace Ingenieros de la juventud y como tantos hombres y mujeres a través de la historia nos confirman sus enunciados y es porque en ella descansa la sociedad que tendremos en las próximas décadas, en ella se siembra el hombre y la mujer que hará de este mundo un paraíso o un infierno; pero ¿cuál es la realidad de la mayoría de nuestros jóvenes, que ven, que oyen, que leen, cuáles son sus paradigmas? y aunque junto a mi esposa Alejandrina venimos trabajando con maravillosos niños/as, adolescentes y jóvenes de ambos sexo organizados en el Movimiento de los Focolares, y aunque la Pastoral Juvenil y otros grupos cristianos de las diferentes iglesias, grupos deportivos, escuelas de músicas, etc.… realizan hermosas actividades, y eso nos da esperanza,  no podemos ocultar una verdad que está en todos los rincones de nuestra patria, la mayoría de nuestra juventud esta desorientada, para muestra un botón, la mayoría no lee, no ve buen cine, no investiga, no busca de Dios, y de música, mejor no opino ( y no tengo nada contra reguerón, música urbana ni dembow) me refiero a conocer cuando algo es bueno en letras, ritmo, composición, etc. La aventura de mucha de nuestra juventud no es constructiva, es levantar un motor en medio de la calle y partirse el cráneo, es iniciarse a los 12 años en la actividad sexual y salir embarazada de otro menor y con eso tronchar todos los sueños de porvenir, ese joven del que hablo, no tiene conciencia de clase, de sociedad, de ciudadanía y mucho menos de respeto a la madre naturaleza. Para la mayoría de estos jóvenes de hoy no existe el respeto, para ellos no hay división entre lo sagrado y lo profano, entre un jovenzuelo y una persona mayor, no tiene claro lo bueno y lo malo, crece sin referencia de qué hacer y qué no hacer, les han ensañado el “dejar hacer” y que las consecuencias les digan y todo esto acompañado de un “relativismo” impresionante, todo se puedo, no te preocupes, vive la vida que eso es lo que vale, claro, en los últimos 3 años hemos asistido como pueblo al entierro de muchos de nuestros jovencitos, que han desperdiciado su vida por levantar un motor o por correr en nuestras calles sin ningún tipo de control,  es como bien define Enrique Santos Discépolo: en su tango Cambalache:

Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor,
ignorante, sabio o chorro (ladrón),
generoso o estafador…
¡Todo es igual!
¡Nada es mejor!
Lo mismo un burro
que un gran profesor.

 

Y siguiendo con las preguntas, por qué, por qué sucede esto,  por qué tenemos tantos jóvenes desorientados, sin norte ni sur, decidiendo suicidarse o entregarse a las drogas o prostituyéndose, por qué, porque el papel que el Estado y los supuestos dirigentes de nuestra sociedad, sean políticos, religiosos, deportivos, artísticos,  periodísticos, médicos, profesores, etc., etc., etc.… es penoso, en su mayoría han vendido su conciencia al diablo, han generado y creado una sociedad individualista, egoísta, hedonista, plagada de corrupción, donde el dios dinero y sexo se ha adueñado de su conducta y no logran ser modelos de nadie, cómo puede un joven motivarse a estudiar, cuando un buen pendejo solo tiene que engancharse a político y de repente aparece multimillonario, como puede una joven soñar o crear algo nuevo, cuando otro que ni soñó ni creo nada, se fue a New York en 5 años viene forrado de dólares, con vehículo que ni en el cable se ven y que solo de combustible gastan una fortuna, cómo puede un joven crecer sano, cuando sus dirigentes locales nunca promueven una actividad en valores que los haga crecer y desarrollarse sano, todo lo contrario, son los primeros que promueven las actividades que más lo embrutecen y enajenan, de ahí lo que dice San Juan Bosco: No hay jóvenes malos, sino jóvenes mal orientados”.

 

No existe manera de que nuestra sociedad cambie, si quienes gobiernan y dirigen cualquier estamento de la sociedad, ya sea pública o privada, no se convierte en paradigma de nuestros niños/as, en vez de prostituirlos y utilizarlos como carne de cañón; pero no podemos dejar fuera a los padres, dónde ha quedado ese papel de velar por nuestros hijos hasta que sean hombres y mujeres de bien para entregarlos a la sociedad, dónde quedó ese compromiso sagrado delante de Dios y de toda la sociedad de dar hasta nuestras vidas, para que nuestros hijos/as fueran hombres y mujeres de bien, dónde? En el zafacón de la comodidad y de la irresponsabilidad, los primeros que promueven que sus hijos/as hagan parte de los espacios que mas los corrompen son sus propios padres y los dirigentes locales y nacionales que patrocinan espacios donde se promueve todo lo perverso de la sociedad, si alguien necesita dinero para una buena obra tiene que suplicar, pedir y enviar miles de cartas y al final recibe migajas, ahora bien, para que un depravado venga y les diga a nuestros jóvenes que fumar droga es bueno, se pagan fortunas, y no estamos en contra de la diversión, todo lo contrario, ella es parte de lo que somos como pueblo, pero hasta la diversión tiene su control; y lo grande es que tenemos el coraje de quejarnos, ¡Dios por qué hay tantos ladrones, Dios por qué hay tanta delincuencia, Dios por qué hay tantos violadores, nadie hace nada, Dios mío, por qué, por qué?.

 

No se puede esperar más, es tiempo ya de que todos/as, sin excluir a ningún sector, a ninguna iglesia, todos nos unamos por darle a nuestra juventud un horizonte, un sentido del respeto, de la responsabilidad, de la honestidad, enseñarles el valor del estudio, mostrarles que ser honesto y capaz vale la pena, que formar una familia y construirse un espacio en la sociedad es bueno, que ser un ciudadano ejemplar tiene sus premios, que Dios existe, que vincularse a los grupos juveniles cristianos, de artes, deportivos es crecer, es ser alguien en el mañana. Aprovechemos cada espacio de radio, tv, escrito, escuela, donde sea, para promover la solidaridad como principio, la honradez como bandera y el sueño de un mejor mañana, de lo contrario, en unos años o tal vez cualquier día de esos, será usted o tal vez yo, el que sea asaltado por un joven de nuestro barrio que creció a nuestro lado y nos dé como recompensa 4 balazos para quitarme 200 pesos y comprarse una mota de droga. Repito, aun, por lo menos en nuestro pueblo, estamos a tiempo, mas tarde no valdrán lamentos. Concluyo con estas palabras motivadores de Juan Pablo II a los jóvenes en una de las Jornadas Mundial de la Juventud: «Ahora más que nunca es urgente que sean los «centinelas de la mañana», los vigías que anuncian la luz del alba y la nueva primavera del Evangelio…, La humanidad tiene necesidad imperiosa del testimonio de jóvenes libres y valientes, que se atrevan a caminar contra corriente… !No tengan miedo!»

2 COMENTARIOS

  1. Muy buen mensaje, por que realmente hace faltan personas que aportemos, mejor dicho apoyemos a nuestra juventud de hoy, que mañana seran los futuros padre de familia, inculcandoles valores positivos, clarificandoles que lo importante es la familia,

  2. Excelente mensaje, lamentablemente esta es la realidad de nuestra juventud, ojalá Dios nos ayude a que esta realidad pueda cambiar de rumbo y poder tener una sociedad más sana. Que como padre empecemos por casa, pues cada vez más se vislumbra menos

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