Por: Robert Nuñez Cabrera
Votar por alguien para que nos represente es algo más importante que lo que parece. Nos pasamos toda la vida estudiando para estar preparados y elegimos representantes por preferencias partidarias, por amistad, por intereses particulares (propios y ajenos) sin observar los currículos de esos aspirantes.
Mucho menos valoramos los aportes y el interés comunitario de esos candidatos, si alguna vez se han preocupados por las cosas que ahora denuncian. Investiguemos sus vínculos con nuestra sociedad, donde viven sus familiares, si se les puede creer ahora que ofrecen todo tipo de soluciones debe ser indispensable para no equivocarnos.
Aprendamos a votar para que podamos tener representantes que les duelan nuestros problemas, que hayan sufridos nuestras carencias, que conozcan nuestros valores. De lo contrario, si votamos en contra de alguien y no a favor nuestro, luego no nos quejemos.
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