Desde Pennsylvania, USA. Era luenga y perezosa la tarde, apoltronado en mi mecedora de caoba, mecido por una suave brisa otoñal, mis pensamientos se deshilachaban en una caravana de metáforas trashumantes sin un destino o propensidad prefijada, incitantes al comodista amodorro; poco a poco con mansedumbre, me quedé rendido y en mi subconsciente introspectivo, desperté en un mundo extraterrestre, civilizado, exento de gobiernos inhumanitarios, desprovisto de políticos marrulleros, petulantes de votos intercambiables de encuestas prefabricadas y de una junta electoral desconfiable.
Un entorno, donde sus habitantes eran cordiales, dando la impresión de vivir alegres y satisfechos consigo mismo y pensé para mis adentros – esa es una epopeya – solo narrada por los que han tenido experiencias pre-mortuorias, regresando del más allá para dar testimonio de que sí existe otra vida después de la muerte y que aquello es un paraíso iluminado con lámparas fluorescentes sin apagones, ni cortes de luz con agua potable en abundancia, comida suficiente para que los niños no pasen hambre, desyerbado de narcotraficantes, asesinatos políticos, ladrones aprovechadores con adecuados servicios para la salubridad pública, harmonía entre los partidos políticos y sus seguidores aunados en un desinteresado objetivo: trabajar por el beneficio comunitario.
En esta coyuntura de lo que fuese solo una fastidiosa pesadilla, desperté sobresaltado mirando el fechero en mi reloj de arena, constatando que todavía estamos a 14 y que faltan 6 días para que arribemos al 20 de Mayo, fecha en que habrán de celebrarse las elecciones, lo que podría abonanzar un poco las cosas o por ende empeorarlas.
Desorientado por la alucinante contingencia Morfeo-masoquista, que acababa de experimentar, quise aprovechar su moraleja para enmendar mis pensamientos con esta prosa discordante en su moraleja.
Nos despedimos con una mescolanza de sentimientos encontrados por la incertidumbre que nos embarga en éstos instantes cuyo desenlace ignoto esperamos que sea para el bienestar de todos nuestros compatriotas.
Desde Pennsylvania, USA.
Sergio H. Lantigua (Hijo de Sergio Lantigua – El Relojero)
arlsergio@yahoo.com
MI UNIVERSO
Soplaba la brisa en componenda con el aliento de la noche enardecida
El beso furtivo – el desparpajo sibarita de tu boca risueña y entregada
Como pájaro desalado sentia que me remontaba al estereo fulgurante
Cielo descampado de nubes albinas colonizado de rutilantes asteriscos
A millones de años luz, obnubilado en el infinito de un suspiro galáctico
Naufragado en un cosmos circunspecto donde no exista el punto y aparte
Habrá en la bóveda celeste un asteroide cuya órbita no haya sido profanada?
Donde se agazape el eclipse cuya lumbre destorciera los trazos convexos
Y pueda cultivar nuestro cariño en un campo con surcos bien aclimatados
Ese espacio donde pueda amarte a mi antojo, impertérrito, sin sobresaltos
Ser viajero interplanetario – apático a la evolución concordante del tiempo
El pasajero sideral que orbitara en el candil fosforescente de tus pupilas
Sujetado a la serpenteante rabiza imaginaria de un místico cometa birlocho
Darnos al amor equilátero a la zalema ecuánime a la avenencia efímera
A la pasión encinta de impericias y podamos soñar bajo una aurora boreal
Algo no experimentado – trasplante de sueños inéditos como el firmamento
Y te beso, y te acaricio tratando de desenchufar la importuna luz de la luna
Que se nos acerca inquisitiva como centinela en su caminata insubstancial
Quiero ver centelleos dorados en la impudicia de la nébula de tus ojos
Quiero sentir tu cuerpo vibrátil oscilando entre constelaciones siderales
Mórbido y subyugado a la inagotable algarabía de abrazos voluptuosos
Que tu desperezo sea con el nuevo día y te sature el frescor de su rocío
Que se capitulen tus hermosas pupilas a mis labios de amor encendidos
Para cuando el sol se despierte y perciba que te has fugado conmigo
Se dé cuenta que nuestro amor es comparable al confín del universo